Mark Thurner, historiador americano, investigó los orígenes del Perú bicentenario. Bolívar y San Martín en su visión republicana excluyeron y subestimaron al indio en la formación de un país que sigue discriminándolos.
El sujeto nombrado “indígena” entra en el escenario peruano con los Borbones. Se trata de un esfuerzo por desplazar al sujeto “indio” de las Leyes Indias de los Austrias, por medio de un proyecto fiscal afrancesado y modernizante, que busca redefinirlo como contribuyente y ya no como tributario. Entre las décadas del 1790-1810, tanto “indios” como “indígenas”, aparecen en los registros oficiales. A partir de las Cortes de Cádiz, “La Nación Yndica” es abolida, y todo “indio” o “indígena” es ahora un “español”. Sin embargo, los documentos de la época sugieren que la mayoría de los indios en el Perú habrían preferido ser nombrados –por el Estado- “indios tributarios”, para así mantener acceso a sus tierras y otros privilegios. En 1821, San Martín declara que los “indios o naturales” serían nombrados “peruanos”. Luego, Bolívar reintroduce el nombre borbónico de “indígena” –sobre todo por razones fiscales y políticos-, para así desplazar al “peruano”, declarado por San Martín. Esto se debe a que Bolívar considera a los indios como seres infantilizados, incapaces de gobernarse a sí mismos. Según él, los indios requieren de una legislación tutelar de protección como “indígenas”. Para Bolívar, el “indio” es el buen salvaje venido a menos. En resumen, “indígena” es una noción colonialista afrancesado, luego bolivariana y, finalmente, naturalista o indigenista.
El predicamento postcolonial criollo
Las repúblicas iberoamericanas no fueron un derivado político de las luchas de una clase media contra las clases dominante aristocrática. En lugar de ello, fueron estados creados desde arriba por las elites terratenientes coloniales que buscaron liberarse de una metrópoli decadente, cuyos representantes seguían monopolizando los privilegios políticos y económicos en las colonias. Pero las descontentas elites criollas fueron al mismo tiempo acicateadas hacia la independencia “por el temor a las movilizaciones de la ‘clase baja’, a saber, los levantamientos de los indios o los esclavos negros”. En suma, “la contradicción perenne de la posición (criolla) era estar siempre cogido entre la autoridad intrusa de la metrópoli europea y el descontento explosivo de las masas nativas”.
Las fisuras de la nación criolla
Para Bolívar y su republicanismo bonapartista con el que él traficaba, “América no tenía ninguna historia útil”, ya fuera europea o india, colonial o precolonial. Sucedía que ella estaba de un lado “separada tanto cultural como geográficamente de Europa”, y “habitada por pueblos cuya herencia cultural había sido obliterada por la conquista” del otro.
Para Bolívar, “ningún indio podía ser el portador de un pasado significativo o el dirigente espiritual de un futuro republicano, no importa cuán ficticio”. Bolívar en general pensaba en lo indios, cuando lo hacía, como una masa esencialmente dócil y no politizable que “sólo desea el descanso y la soledad”. Bolívar parece haber visto lo que quedaba de la nobleza india del Perú con un desprecio similar. Ella había sido cómplice del “despótico” dominio hispano.
El predicamento andino postcolonial
¿Pero cómo podría lo “peruano” ser leído por la mayoría “india”? El análisis del discurso político-legal revela traducciones subalternas no anticipadas del discurso nacionalista criollo. En Huaylas, “ex-indios” o “peruanos” interpretarían el proyecto nacional republicano en formas que San Martín y la elite criolla peruana no se habrían imaginado.
El proyecto criollo de construcción ciudadana que rebautizó a los “indios” como “peruanos”, lógicamente implicaba en teoría la negación o el desplazamiento de los distintos “derechos” o “privilegios” virreinales y el estatus derivado de la pertenencia a la república de indios, en favor del modelo civil unitario de la nacionalidad liberal en la República Peruana.
En su decreto más célebre, San Martín declaró que todos los “indios” o “naturales” serían conocidos en adelante como “peruanos”. Pero al menos en la Huaylas postcolonial, su proclama parece haber sido tomada más literalmente y de forma más excluyente de lo que el Libertador había esperado. Allí, “peruanos” fue originalmente aplicado a los comuneros indios y no a la ciudadanía en general.
Tomado del libro: Republicanos Andinos
Mark Thurner
historiador americano.
Mark Thurner
historiador americano.