miércoles, 27 de julio de 2016

Acta de la independencia: Perú se independizó un 15 de julio

El Acta de Independencia del Perú es el documento mediante el cual el Perú declaró solemnemente su independencia de la Corona Española. Redactada por el ariqueño Manuel Pérez de Tudela, fue firmada el 15 de julio de 1821 por los vecinos notables de Lima. Luego de ello se dio la ceremonia de la Proclamación de la Independencia el 28 de julio del mismo año, en la Plaza Mayor de Lima y en otras dos plazuelas más de la capital.
La declaración y proclamación de la Independencia del Perú constituye uno de los hechos más trascendentales de la historia de América, ya que la liberación del Perú era muy importante para la seguridad de las naciones circundantes, pues allí se hallaba el núcleo del poderío español en Sudamérica. Por ello fue que el Ejército Unido Libertador del Perú, al mando del general José de San Martín, arribó al Perú procedente de Chile. Ya en territorio peruano recibieron el apoyo de la población, especialmente en el norte, donde una inmensa jurisdicción, la Intendencia de Trujillo, se sumó a la causa independentista sin violencia, bajo el mando del marqués de Torre Tagle. Tras Trujillo, sucesivamente juraron la independencia Piura, Cajamarca, Chachapoyas, Jaén y Maynas; antes ya lo había hecho Lambayeque. El mismo San Martín reconoció posteriormente que si no hubiera sido por el apoyo masivo del norte peruano, se habría visto en la necesidad de volver a Chile para reorganizar sus fuerzas, ya que estas eran inferiores a las fuerzas virreinales.
La Declaración fue firmada por la mayoría de miembros del Cabildo (alcalde de primer voto, 10 regidores y 2 síndicos procuradores), el clero secular limeño y miembros destacados de la sociedad. En total firmaron esta acta 339 prohombres de la ciudad.


FIRMANTES:
Firma del Acta de la Independencia del Perú. En esta recreación están representados Hipólito Unanue, José de la Riva Agüero y Toribio Rodríguez de Mendoza.
Los firmantes de la primera página de la Declaración fueron:
  • Isidro de Cortázar y Abarca, V Conde de San Isidro (alcalde de Lima).
  • Bartolomé María de las Heras, arzobispo de Lima.
  • Francisco de Zárate y Manrique de Lara (regidor).
  • Simón Díaz de Rávago y Gutiérrez-Morante.
  • Francisco Valles (regidor).
  • Pedro de la Puente y Querejazu (regidor).
  • Francisco Xavier de Echagüe.
  • Manuel de Arias.
  • José Matías Vázquez de Acuña, VII conde de la Vega del Ren (regidor).
  • Fray Gerónimo Cavero.
  • José Ignacio Palacios
  • Antonio Padilla y Riveros (síndico procurador general).
  • José Mariano de Aguirre y Mayora.
  • José Juan Vásquez de Velasco y Ontañón-Valverde, IV conde de las Lagunas.
  • Francisco Concha.
  • Toribio Rodríguez de Mendoza.
  • Francisco Xavier de Luna Pizarro.
  • José de la Riva Agüero.
  • Andrés Salazar.
  • Francisco Salazar.
  • José de Arriz.
  • Manuel de la Puente y Querejazu, VI marqués de Villafuerte.
  • Segundo Antonio de Carrion.
  • Juan de Echeverría y Ulloa (regidor).
  • Juan Manuel Manzano.
  • José María Sancho-Dávila y Salazar, II marqués de Casa Dávila.
  • Nicolás de Araníbar Fernández Cornejo.
  • Tomás de Méndez y La Chica
  • Francisco Valdivieso y Prada.
  • Fray Anselmo Texero
  • Manuel Cogoy
  • Pedro de los Ríos
  • Manuel Urquijo
  • Pedro Manuel Bazo
  • Francisco José Colmenares
  • Jorge Benavente
  • Manuel Agustín de la Torre
  • Juan Esteban Henríquez de Saldaña
  • Tomás de Vallejo
  • José Zagal
  • Fray Tomás Silva
  • Antonio Camino Vergara
  • Cecilio Tagle
  • Miguel Tenorio
  • Manuel de la Fuente Chávez
  • Fray Juan de Dios Salas
  • Manuel María del Valle y García (regidor)
  • Vicente Benito de la Riva
  • Tomás Ortiz de Ceballos
  • Fray Pedro de Pasos
  • Manuel Sáenz de Texada (regidor)
  • Justo Figuerola de Estrada
  • Miguel Tafur
  • José Mariano de Sánchez Boquete y Román de Aulestia, III marqués de Montealegre de Aulestia.
  • Juan Panizo y Foronda.
  • Tomás Panizo y Talamantes.
  • Manuel Ignacio García.
  • Martín José Pérez de Cortiguera.
  • Diego Noriega.
  • Posteriormente firmaron el Acta:
  • Hipólito Unanue
  • José Cavero y Salazar.
  • José de Larrea y Loredo.
  • José de Morales y Ugalde.
  • Manuel Bartolomé Ferreyros.
  • Manuel Salazar y Baquíjano, IV conde de Vista Florida.
  • Mariano José de Arce.
  • Manuel Alvarado (regidor)
  • Francisco de Paula Mendoza Ríos y Caballero (regidor)
  • José Manuel Malo de Molina y Gutiérrez Quintanilla (regidor)
  • Juan José de Aliaga y Santa Cruz, V conde de San Juan de Lurigancho.
  • Diego de Aliaga y Santa Cruz
  • Tiburcio José de la Hermoza
  • Lorenzo de la Puente, marqués de Corpa (regidor).
Acta de independencia 15 de julio de 1821
“En la ciudad de Los Reyes, el quince de Julio de mil ochocientos veintiuno. Reunidos en este Excmo. Ayuntamiento los señores que lo componen, con el Excmo. e Ilmo. Señor Arzobispo de esta santa Iglesia Metropolitana, prelados de los conventos religiosos, títulos de Castilla y varios vecinos de esta Capital, con el objeto de dar cumplimiento a lo prevenido en el oficio del Excmo. Señor General en jefe del ejército Libertador del Perú, Don José de San Martín, el día de ayer, cuyo tenor se ha leído, he impuesto de su contenido reducido a que las personas de conocida probidad, luces y patriotismo que habita en esta Capital, expresen si la opinión general se halla decidida por la Independencia, cuyo voto le sirviese de norte al expresado Sr. General para proceder a la jura de ella. Todos los Sres. concurrentes , por sí y satisfechos, de la opinión de los habitantes de la Capital, dijeron: Que la voluntad general está decidida por la Independencia del Perú de la dominación Española y de cualquiera otra extranjera y que para que se proceda a la sanción por medio del correspondiente juramento, se conteste con copia certificada de esta acta al mismo Excmo. y firmaron los Sres.: El Conde de San Isidro- Bartolomé, Arzobispo de Lima, Francisco Javier de Zárate- El Conde de la Vega de Ren- El Conde de las Lagunas-Toribio Rodríguez-Javier de Luna Pizarro-José de la Riva Aguero-El marquez de Villa fuerte …”

Datos: Historia del Perú, Congreso de La República, Wikipedia | Foto: eldiariodelamarina.com

domingo, 10 de julio de 2016

¿Existió realmente el Diluvio universal?

En el libro del Génesis se describe un hecho extraordinario acontecido siglos atrás, el Diluvio universal. Tradicionalmente se ha considerado la Biblia como un documento histórico pero actualmente la mayoría de estudiosos bíblicos acepta que no hubo un Diluvio de tales dimensiones y por tanto, tampoco existió un Noé, ni un arca…

El Diluvio Universal de Miguel Ángel (1509) Fresco 280x570cm. La Capilla Sixtina. 
Entonces… ¿dónde se origina el mito?
Trasladémonos al Museo Británico en el año 1872. Su conservador, George Smith, descubrió tres tablillas muy especiales entre las más de 25.000 escritas en cuneiforme que allí se almacenaban, todas ellas procedentes de la imponente biblioteca del palacio del rey Assurbanipal, en Nínive (cerca de Mosul, en Irak).
Aunque llevaban ya años esperando ser traducidas, no fue hasta 15 años antes que se consiguiera leer y traducir por vez primera dicha escritura, propia de las antiguas civilizaciones mesopotámicas. Así pudo saberse lo que nos decían estos pueblos sin necesidad de acudir a los hechos -muchas veces distorsionados- que nos mostraba la Biblia de ellos.
Estas tres tablillas correspondientes al siglo VII a.C. narraban la historia de un Diluvio anterior al de la Biblia, y eran parte de una epopeya legendaria, el Poema de Gilgamesh. En una de ellas se narraba la historia  de Utnapishtim (equivalente al Noé bíblico), que salvó su vida, la de su familia y la de todas las especies animales tras una inundación enviada por cinco dioses babilónicos. Su barco se posó sobre el monte Nimush y seguidamente envió una paloma, que regresó al no hallar tierra.  Parecía la confirmación de que el Diluvio universal realmente aconteció.
Actualmente se ha avanzado mucho en los estudios bíblicos y mesopotámicos, y la mayoría de los científicos aceptan que no hubo tal Diluvio apocalíptico, ni existió Noé, ni se envió ninguna paloma…
La realidad es que el pasaje del Génesis está formado por relatos diferentes fusionados por uno o varios escribas durante el siglo V a.C. Estos relatos recogían antiguas tradiciones sobre el mismo, como la versión del Poema de Gilgamesh del siglo XVIII a.C. que, cinco siglos después, el escriba Sin-leqi-unnini incorpora el episodio del Diluvio.
Otra versión del Diluvio es la que recoge el sacerdote babilónico Beroso en su Historia de Babilonia en el siglo III a.C., en el que también un dios ordena la construcción de un barco tras el desastre.

Poema de Gilgamesh
Una probable explicación al mito:
Tanto la versión del Diluvio del Génesis como la de Gilgamesh tienen como escenario común Mesopotamia. Sabemos que Dios puso a Adán y Eva en el Paraíso, que en esos tiempos se asociaba a las tierras fértiles situadas entre los ríos Tigris y Éufrates. Además, el episodio posterior al Diluvio, el de la Torre de Babel, se sitúa también allí.
Una hipótesis bastante probable es la que plantearon en 1998 unos geólogos de la Universidad de Colombia: Hace 7500 años, a finales de la Edad de Hielo, los glaciares se derritieron provocando la subida de las aguas del Mediterráneo. Esto originó una violenta inundación al fluir el agua a través del estrecho de los Dardanelos hacia lo que antes era un lago de agua dulce que se encontraba en el actual mar Negro. Este hecho provocó la desaparición de miles de kilómetros cuadrados, segando la vida de miles de hombres y animales. Las inundaciones de la llanura mesopotámica por las crecidas de los ríos Tigris y Éufrates y, la violenta inundación de las costas del lago Euxino probablemente alimentaron este mito universal.
Muchos siguen buscando pruebas físicas del arca alrededor del monte Ararat, donde el Génesis la sitúa. Las numerosas expediciones para encontrarla han resultado infructuosas y ninguna ha podido aportar ni una sola prueba que se sustenta científicamente. Probablemente estamos delante de uno de los más extraordinarios mitos concebidos a lo largo de la historia, a lo largo de los milenios…

Imagen de satélite que muestra el mar Negro (centro imagen) y la llanura mesopotámica a su izquierda

Información basada en diversas fuentes. Mencionar especialmente el artículo de Javier Alonso López en Historia National Geographic.
https://franciscojaviertostado.com/2014/01/31/existio-realmente-el-diluvio-universal/

lunes, 4 de julio de 2016

Diferencias sociales en la cultura sicán

La cultura sicán, conocida también como cultura lambayeque por la región que alguna vez habitaron, fue una de las muchas culturas que existieron en Perú antes de la llegada de los incas. Los sicán habitaron la costa norte de lo que hoy en día es Perú entre los años 750 y 1375 d.C. Al igual que muchas otras civilizaciones, las diferencias sociales y la jerarquía estaban presentes en la sociedad sicán. Estas divisiones se ven reflejadas en las prácticas funerarias de los sicán, quienes no solo incluían el ajuar funerario sino a veces también sacrificios.


Origen de los sicán
El origen de los sicán no es muy claro y algunos creen que son descendientes de la cultura moche. Según la leyenda, el fundador de la civilización sicán fue un hombre llamado Naymlap. Supuestamente, Naymlap vino del sur con una flotilla da balsas, un séquito de guerreros y un ídolo de piedra en forma de mujer de color verde. Ellos conquistaron varios valles de la región y Naymlap comenzó a construir templos y palacios cerca del mar en el Valle de Lambayeque. Se dice que doce generaciones de líderes gobernaron la cultura sicán, el último de ellos se llamó Fempellec. Según la leyenda, Fempellec fue tentado a mover el ídolo y esto provocó que hubiese un mes de lluvias intensas e inundaciones que acabaron con los sicán.

Los sepelios de los "plebeyos"
La cultura sicán se dividió en tres grandes periodos, sin embargo, la mayor parte de evidencia arqueológica concerniente a las prácticas funerarias de esta civilización hacen parte del periodo Sicán medio. Se observó que durante este periodo los plebeyos eran enterrados en fosas sencillas y poco profundas en lugares residenciales o en sitios de producción artesanal. Se reportó también que las fosas no medían más de 2 metros (6.5 pies) cuadrados. Se ha dicho que estos sepelios plebeyos no están registrados ni analizados adecuadamente, y se encuentran marginados en términos de documentación, conservación y análisis.


Prácticas funerarias de las élites
Las prácticas funerarias de las élites recibían una atención mucho mayor. Es a través de estos sepelios de la élite que los arqueólogos han podido identificar cambios de la previa cultura moche. Por ejemplo, en los primeros sepelios de los moche, comunmente se encontraban recámaras o ataúdes de caña, tronco o adobe.  Por otro lado, la evidencia arqueológica muestra que esta práctica fue abandonada durante el periodo Sicán medio. Adicionalmente, los moches sepultaban a sus muertos en posición acostada, mientras que los sicán los enterraban en posición sentada. Esto puede ser un indicio de que hubo un cambio en la manera en que se concebía la vida después de la muerte.
Los sepelios de la élite solían estar cargados con ajuar funerario, una razón más de la atención que se les daba. En la Tumba Este de Huaca del Loro por ejemplo, se descubrieron alrededor de 1.2 toneladas de ajuar funerario. La mayoría de estos objetos (más de 2/3 del peso total) estaban hechos de cobre arsenical, tumbaga, o aleación de oro de muchos quilates. Se ha señalado que el cobre arsenical era accesible tanto para las élites como para los plebeyos. Por tanto, la cantidad de este metal en el sepelio es un indicador del estatus social de esa persona.


Ajuar funerario precioso
Los objetos hallados entre el ajuar funerario de la élite en Huaca del Loro incluyen implementos de cobre arsenical fundido, ornamentos y parafernalia ritual de oro, oro-plata y tumbaga, como también dos montones de conchas Spondylus princeps y Conus fergusoni. Sin embargo, uno de los objetos más famosos de este lugar es la magnífica máscara dorada y los tocados. Esta máscara pertenecía a un hombre en posición sentado de unos 40 a 50 años de edad que estaba sepultado en una tumba de 9 metros cuadrados (29.5 pies) dentro de un pozo de 11 metros (36 pies). La máscara estaba pintada de rojo, tenía orejeras y una cabeza de murciélago dorada tridimensional en la frente. Los tocados tenían plumas de oro y 15 discos dorados suspendidos.

Sacrificios humanos
Otro aspecto de las prácticas funerarias de los sicán que ha llamado la atención últimamente, es el sacrificio humano. En Huaca del Loro por ejemplo, hay 24 sepelios de mujeres en edades entre 18 y 25 años. Se ha sugerido que estas mujeres fueron sacrificadas para acompañar a los hombres de la élite en la otra vida. De todas maneras, no todos están de acuerdo con esta interpretación, y factores como las diferencias de forma en los sepelios son usados para refutar dicha versión.


Otro ejemplo de sacrificios humanos en las tumbas sicán puede encontrarse en el lugar de Huaca Las Ventanas. A diferencia de Huaca del Loro, la mayoría de los cuerpos allí eran de hombres adultos. Otra diferencia entre Huaca del Loro y Huaca Las Ventanas es que los cuerpos de las mujeres en Huaca del Loro estaban ubicados cuidadosamente alrededor del sepelio de la élite, pero los de Huaca Las Ventanas no poseen patrón alguno de acomodación. De manera interesante, se sugirió que los cuerpos sepultados en Huaca Las Ventanas pertenecían a voluntarios que se comprometieron en un ritual que creaba vida a través de la celebración de la muerte. Las fosas de la cultura sicán permiten una mayor comprensión sobre las diferentes prácticas y el estatus social en el norte de Perú entre los años 750 y 1375 d.C.


Fuentes
Cartwright, M., 2015. Lambayeque Civilization. [Online]
Disponible en: http://www.ancient.eu/Lambayeque_Civilization/
Emery, K. M., 2012. Mass Sacrifice in Peru. [Online]
Disponible en: https://bonesdontlie.wordpress.com/2012/01/03/mass-sacrifice-in-peru/
Roach, J., 2011. Mysterious Mass Sacrifice Found Near Ancient Peru Pyramid. [Online]
Disponible en: http://news.nationalgeographic.com/news/2011/12/111228-mass-sacrifice-beer-headless-sican-pyramid-tomb-ancient-science/
Shimada, I., 2000. The Sican Culture. In: L. L. Minelli, ed. The Inca World: The Development of Pre-Columbian Peru, A.D. 1000-1534. Norman: University of Oklahoma Press, pp. 51-63.
Shimada, I. et al., 2004. An Integrated Analysis of Pre‐Hispanic Mortuary Practices: A Middle Sicán Case Study. Current Anthropology, 45(3), pp. 369-402.
www.anywhereperu.com, 2015. Archaeology in Peru. [Online]
Disponible en: http://www.anywhereperu.com/travel-guide/archeology-in-peru
www.roughguides.com, 2015. The Sican Culture. [Online]
Disponible en: http://www.roughguides.com/destinations/south-america/peru/trujillo-and-the-north/the-northern-desert/the-sican-culture/