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lunes, 12 de septiembre de 2016

La escritura preinca sobre Pallares

El 21 de octubre de 1934, "LA PRENSA" de Buenos Aires, tuvo la bondad de acoger en sus páginas mi primer artículo, sobre el descubrimiento que hice del sistema ideográficos de escritura que tuvieron los Mochicas. Para comprobar esta teoría, de carácter revolucionario, he recopilado ya miles de documentos arqueológicos, que han contribuido, en el presente, a darle mayor solidez en su estructura. Este singular sistema de reflejar y transmitir el pensamiento humano, no sólo fue empleado por los Mochicas, como ya lo había afirmado en 1934, sino también por los antiguos hombres de las criaturas de Nasca, Paracas, Tiahuanaco y  Lambayeque.

Representación de la posible escritura pallariforme.
En efecto, he hallado centenares de vasos Nasca, exornados con pallares estilizados, que no solamente aparecen en forma simple y con la característica bicromía Mochica (rojo y crema), sino que se combinan, formando, en algunos casos, ideogramas más complejos y bellamente policromados. También existen telas de esta misma cultura, cubiertas con pallares, que por su colorido y diseño, son de gran variedad temática. En el Museo de Arqueología "RAFAEL LARCO HERRERA", de Chiclín, hay un fragmento de tela, en el que he contado hasta 174 pallares.

En el Museo Antropológico de Magdalena del Mar, Lima, se conserva un vaso de la cultura de Paracas, con pallares incisos, de colorido y diseño complicados. Y también entre los famosos mantos de esta misma cultura, admirables por su técnica textil no igualada, hay muchos con numerosas representaciones de pallares estilizados. En algunos, aparecen las divinidades con vestimenta adornada con pallares y en otras se descubre a las mismas con apéndices conteniendo pallares, que al brotar de la boca o barbilla, se prolonga hacia adelante, como si quisieran en esa forma significar la voz del personaje, tal como lo hacían los Toltecas, Aztecas y otros pueblos. Es importante señalar, a este respecto, que dentro de las culturas de los Mayas, los apéndices que brotan de la boca de sus divinidades, representan en efecto la voz.
Los ideogramas, ya en su forma peculiar de gramos o estilizados, que aparecen en otras culturas, amplían el campo de la investigación de la escritura prehistórica, en que estoy empeñado.
Algo más, en algunos de los grandes mantos de Paracas, las cenefas están cubiertas por cientos de pallares de variados diseños y armonioso colorido, que tienen una significación netamente ideográfica. El uso de la decoración cursiva en el arte textil, se refleja hasta nuestros tiempos. Es cosa sabida que durante el Coloniaje, enviaron del Cuzco al Virrey don Francisco de Toledo, cuatro paños que contenían, en forma escrita, la historia de los Incas que fundaron el Imperio del Tahuantinsuyo. El notario Alvaro Ruiz de Navamuel, dice al respecto lo siguiente: "Estaban escritos y pintados en los cuatro paños los bultos de los Ingas, con medallas de sus mujeres y ayllos; en las cenefas, la historia de lo que sucedió en tiempo de cada uno de los Ingas y la fábula y notables que van puestos en el primer paño, uno que ellos dice de Tampo Toco y las fábulas de las creaciones de Viracocha que van en la cenefa del primer paño, por fundamento y principio de la historia, cada cosa por sí distintamente escripto y señalado de la rúbrica de mí, el presente secretario; y de la declaración y prevención para la inteligencia de la historia, y los rumbos y vientos para la demarcación de los sitios de los pueblos, quespuesto por el Capitán Pedro Sarmiento...."

En la actualidad, los más valiosos ponchos del Cuzco están exornados con letras y frases. Las alforjas y los paños de cara, que las mujeres indígenas de Eten, Monsefú y Santa Rosa -descendientes directas de los Mochicas- tejen primorosamente para uso de sus esposos o enamorados, contienen a menudo una frase de amor o de carácter recordatorio. Esta costumbre, todavía generalizada en el territorio peruano, constituye un filón de fuente informativa.
Es cierto que el escollo principal que tuve en mi investigación, sobre la existencia de un sistema de escritura pre-incana, fue aquella serie de anotaciones que nos han dejado los Cronistas, tendientes todas da negar la existencia de otro sistema que no fuera el de los equipos. Pero es que los Cronistas, al referirse a la escritura, no pensaron en otra cosa que en la escritura alfabética y fonética de su uso. Afortunadamente, el Revdo. Padre Joseph de Acosta, honorable y culto sacerdote de la Compañía de Jesús, apartándose de la regla general, ha consignado en su obra lo siguiente: "Las señales que no se ordenan de próximo a significar palabras sino cosas, no se llaman, ni son en realidad de verdad letras, aunque estén escritas, así como una imagen del Sol pintada no se puede decir que es escritura o letras de Sol, sino pintura. Ni más ni menos otra señal es que tienen semejanza con la cosa sino, solamente sirve para memoria, porque el que las inventó, no las ordenó para significar, sino para denotar aquella cosa". Y agrega más adelante: "El otro notable que se infiere es, el que en este capítulo se ha propuesto, es a saber que ninguna nación de indios que se ha descubierto en nuestros tiempos vsa de letras ni de escritura, sino de las otras dos maneras, que son imágenes, o figuras, y entiendo esto no solo de los indios del Piru, i de los de nueva España". Tan importantes conceptos, permiten entonces llegar al convencimiento de que los antiguos peruanos empleaban un sistema ideográfico y no alfabético ; pues el padre Acosa, explica sabiamente, lo que es un sistema ideográfico y lo que es un sistema alfabético.
Pero el padre Acosta, no sólo se contenta con dar luces sobre la antiquísima escritura, sino que compara este sistema con el que empleara el mexicano antiguo. Esta comparación me brindó la oportunidad de emprender un estudio de los dos métodos de escritura: el preconizado por mí y la escritura de las Mayas. A este respecto, el ya tantas veces mencionado padre Acosta dice: "....fuera desta diligencia suplían la falta de escritura y letras; parte con pinturas como los de México, aunque las de Piru eran muy groseras y toscas; parte y los más con Quipos":
Tomé pues un nuevo camino, y comencé a estudiar los jeroglíficos de los Mayas, tanto los que aparecen en los monumentos líticos, como los que cubren las páginas de los códices. Y no ha sido en vano esta labor, pues he encontrado analogías tan valiosas que considero de mi deber señalarlas: con el objeto de que más tarde se pueda llegar a conclusiones de importancia, en el estudio del origen y de las relaciones de las culturas de la América Preincaica.

(Ideogramas Nascas, En éstos se emplea el colorido)
En el presente artículo, precisamente, voy a limitarme a un estudio analítico y concreto de las primera similitudes encontradas:

LOS SIGNOS.- Tratándose de la forma, en unos casos aparecen ovalados y en otros con la misma ovalación, pero con punta a un extremo. Hay jeroglíficos reniforme y muchos semi-rectangulares, con las esquinas ovaladas.
Comparando estas formas con las de los pallares estilizados, que aparecen en los vasos de los Mochicas, Nasca, Paracas y Tiahuanaco y en las telas de Nasca y Paracas, comprobé que no sólo había una gran similitud entre ellas, sino que hasta eran algunas idénticas.

LA YEMA GERMINATIVA.- En la mayoría de los glifos Mayas, casi siempre en el lugar donde debe fijarse la yema germinativa del pallar, se observa un dibujo circular, rectangular, o de líneas paralelas circulares, o simplemente una línea gruesa rectangular, con lo que parece pretendían representar la yema germinativa. En algunos casos, sólo se presenta el contorno; mas este detalle no debe sorprender, puesto que en los pallares ideográficos de los antiguos peruanos, desaparece con frecuencia la yema germinativa. La yema germinativa del pallar, se representa en los signos ideográficos de las culturas peruanas, en la misma forma que lo hacían los Mayas.

(Jeroglíficos Mayas. Nótese la insistencia de dibujar en ellos círculos, elipses, semicírculos, fragmentos de elipses, círculos i elipses concéntricos, que dan la impresión de que quisieran figurar la yema germinativa del pallar. Hay también representaciones ariñonadas, similares al cereal)
ORDENACIÓN.- Los Mayas ordenaban sus glifos en líneas horizontales y perpendiculares, y también, en algunos casos, aparecen indistintamente, alrededor de los personajes míticos o simbólicos. Los hombres de Nasca y Paracas, ordenaban sus ideogramas en las telas, también en líneas horizontales y verticales; y dentro de la cerámica Mochica, los ideogramas aparecen circundando los vasos globulares, en líneas horizontales, o indistintamente mezclados con las representaciones simbólicas, o junto a las divinidades.

HUMANIZACIÓN.- Tanto los Mayas como los Mochicas, antropomorfizan sus signos: y la humanización se verifica, sustituyendo la yema germinativa por el rostro de un personaje.

COMBINACIÓN DE LOS SIGNOS.-Entre los Mayas, aparecen algunos glifos superpuestos los unos sobre los otros; combinan también dos signos, uniendolos con simetría, para lograr un signo combinado. Esta misma modalidad, se halla frecuentemente entre lo vasos de Nasca. Las representación de la mano como signo, es común en los códices mexicanos. Y también aparece representada en la cerámica Nasca.

ELEMENTOS IDEOGRÁFICOS.- Encuéntrese muchos elementos ideográficos similares, en los signos mayas y en los ideogramas peruanos, con puntos de diferentes tamaños y número, círculos, líneas rectas simples y paralelas, líneas curas y curvas paralelas, semicírculos, líneas quebradas, etc. Sin embargo, es mi deber dejar constancia que los signos Mayas son más complicados y denotan una mayor evolución.

GERMINACIÓN EN LOS SIGNOS- Hay que considerar esta analogía como la más importante. En los Códices Mayas, aparecen glifos con la yema germinativa y con los puntos y rayas característicos del pallar; algo más en uno de estos glifos he podido entrever, que el artista hasta quiso representar las arrugas que se forman en la superficie del grano, cuando se seca anormalmente. Muchos de los signos Mayas aparecen germinando. En unos, el brote inicial surge pujante; en otros, los brotes son dobles, constituyendo la segunda etapa del crecimiento. Y la culminación del proceso vegetativo, es representada con la aparición de las primeras ramillas con hojas. Este mismo proceso integral, lo ofrecen también los signos ideográficos Nasca.


(Ideogramas Nasca. Los pallares, con diferentes signos ideográficos, están germinando)

PERSONAJES ZOO-ANTROPOMORFOS.- Alentado por estas analogías tan sugerentes, comencé a estudiar los códices. Mayor fue mi interés, al encontrar a las divinidades Mayas - solas en algunos casos y en otros sentadas las unas frente a las otras - sosteniendo en las manos signos Mayas, de gran semejanza con los pallares; tal como se halla la divinidad Mochica, también con un personaje al frente y sosteniendo pallares de gran tamaño, en el propio acto de descifrar.
En el Códice Troano (Etudes sur le système graphique et la langue des Mayas par M. Brasseur de Bourbourg, París, 1869), comprobé algo más, que me llamó poderosamente la atención: como siempre. he mantenido que los Mochicas utilizaron los personajes simbólicos, para denotar las cualidades del individuo por venados, aves, cientopies, libélulas, etc., antropomorfizados, con el objeto primordial de dar la idea de velocidad, en el desempeño de sus funciones de mensajero. El zorro antropomorfo simbolizaba al descifrados, lo mismo que el felino y la vizcacha (ardilla de los Andes), ambos antropomorfizados. En este Códice, he encontrado personajes zoo-antropomorfos sentados, tal como se les halla entre los Mochicas, y he podido identificar al zorro, al felino, al conejo y al venado, con la particularidad de tener todos ellos, a su lado, los glifos Mayas de formas similares a los pallares peruanos. La tendencia de antropomorfizar a los animales, especialmente a los que aparecen con signos ideográficos que están en poder de ellos o junto a ellos, tiene que preocupar a cuantos nos dedicamos a estos estudios, acrecentando mayormente la inquietud, al comprobar que en ambos pueblos se advierten estas simbolizaciones zoo-antropomorfas.


A. El Felino antropomorfo Maya.B. El Felino antropomorfo Mochica.)
(
En otras páginas del mismo Códice Troano, también aparecen los escribas: en unos casos, con punzones similares a los que usaban los escribas Mochicas, sosteniendo en la mano un signo en forma de pallar; y en otros, en el preciso momento de pintar uno de estos signos. Si bien los Mochicas incidían los pallares, que eran transportados luego por los chasquis, en cambio, conviene aclarar ahora que los hombres de Nasca utilizaban cierta pintura sobre los pallares. En el Museo Nacional de Lima, he encontrado las bolsitas conteniendo los colores y un pallar, un tanto deteriorado, con las huellas de haber sido pintado.


(A. El venado antropomorfo Mochica.B. El venado antropomorfo Maya.)


A. Conejo antropomorfo Maya. Al lado de la cabeza, aparece un glifo de forma idéntica a los pallares-ideogramas peruanos. En sus manos, tiene un jeroglífico del que brotan hojas.
B. Vizcacha antropomorfa Mochica.


                                 
A. Escriba Mochica.
B. Escriba Maya. Nótese que el signo que tiene en la mano, es casi idéntico al ideograma de forma de pallar, que el personaje simbólico que representa el escriba, tiene frente al pico.


(A.- Divinidad Maya, sosteniendo en la mano un jeroglífico.B.- Divinidad Mochica, sosteniendo en la mano un ideograma.)




A medida que se extreme, pues, el análisis, el problema de las analogías adquiere mayor interés, al punto que obliga a perseverar. Pero no he concluido aun mi estudio en los códices, y no sé cuántas sorpresas más me deparará su análisis cuidadoso. Sin embargo, adelantando un poco, he creído conveniente dar a los hombres de ciencia de la América, acaso un breve bosquejo de las analogías encontradas, para incorporarlas a un estudio metódico y sereno. Pues estoy convencido, de que son grandes los problemas que se derivarán y múltiples las interrogantes que han de surgir. Por eso mismo, es necesario acometer las lucidamente nuestro horizonte arqueológico americano, tan rico y todavía enigmático. Ojalá que este llamado tenga eco, y promocionar la Ciencia Antropológica y que gane en este campo tan enmarañado de la investigación del presente siglo.

Rafael Larco Hoyle
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martes, 4 de febrero de 2014

CULTURA MOCHE O MOCHICA - Segunda Parte

ARQUITECTURA:

Para la construcción de edificios, utilizaron miles de campesinos que elaboraban los adobes tributarios. La fuerza humana era vital para preparar y trasladar miles de adobes odontiformes y de diversos tamaños. Construyeron pirámides truncas de varios pisos con rampas y escalinatas que daban a una plataforma superior. Algunas de sus huacas o santuarios estaban bellamente adornados con pinturas murales y tenían en su interior amplias salas y pasadizos (algunos arqueólogos sostienen que eran ciudades capitales, como por ejemplo, el conjunto arqueológico de Galindo y de Pampa Grande). La dacha de la Luna, en el valle Moche, debió ser la capital en el apogeo de esta ciudad, antes de las guerras con los Wari, con fastuosas construcciones en su centro, donde residían los sacerdotes – astrónomos, mientras que los pescadores y campesinos habitaban viviendas precarias, hechas de quincha y junco, en la periferia de la dacha o en las partes altas del valle. En los valles del departamento de Ancash, el Estado Moche llegó a ejercer un fuerte control de las tierras; la evidencia es la pirámide de Pañamarca, que al igual que otras huacas, está ornamentada con murales, hoy recubiertos para evitar un mayor deterioro. Sus principales restos arquitectónicos se encuentran el departamento de la Libertad: la Huaca del Sol y la Huaca de la Luna. En el departamento de Lambayeque se encuentra la Huaca Rajada, en la que en el año 1987, Walter Alva descubrió la tumba del Señor de Sipán. Otras construcciones importantes son la Huaca Pañamarca, Pampa Grande, Galindo, Pacatnamu, el Complejo el Brujo, etc.

Sitios más representativos de esta arquitectura monumental los tenemos en:
  • Pañamarca (Valle de Nepeña - Ancash).
  • Fortaleza de Cholope (valle del Santa - Ancash).
  • Huaca del Sol (20 m de altura) y de La Luna (48 m de altura, centro de poder), Galindo, Huaca "Florencia de Mora" (Valle de Moche).
  • Huaca Mocollope, Huaca Cortada, Huaca Cao, Huaca Blanca, Huaca Cartavio, Huaca Amarilla o Mochón, Pacatnamú (Valle de Chicama).
  • Huaca Rajada - Sipán, Pampa Grande (Lambayeque).
  • Complejo Arqueológico San José de Moro y el brujo (Valle de Jequetepeque), etc.

EL SEÑOR DE SIPÁN
Era febrero de 1987 cuando el doctor Walter Alva, el arqueólogo Luis Chero, y su equipo se decidieron a excavar en la zona de Sipán, al norte de Perú, en la región de Lambayeque. Al poco de comenzar las excavaciones los hallazgos fueron realmente sorprendentes pues encontraron en una tumba el esqueleto de un guerrero con los pies cortados. En los tiempos a los que pertenecía ese guerrero aquello era el símbolo de vigilancia perpetua, de modo que parecía que algo más debía haber escondido y que seguramente sería lo que ese guerrero vigilaba. Justo debajo de aquel guerrero, a unos metros más de profundidad estaba lo que eternamente debía permanecer oculto: una cámara subterránea de 25 metros cuadrados. Cuando se quitó las vigas que sellaban la cámara, la sorpresa fue mayúscula. Seguramente uno de los mayores descubrimientos arqueológicos del siglo XX. La historia del antiguo Perú mostrada a los ojos del doctor Walter Alva. Era el mes de julio de ese mismo año, 1987. Era un conjunto perfecto, sorprendentemente simétrico, y de unas riquezas incalculables. En su centro destacaba la pequeña figura de un señor cubierto de joyas entre las que destacaba un disco de 92 milímetros de diámetro hecho de turquesas, coral y lapizlázuli y rodeado de esferas de oro puro. La vestimenta del señor también lucía turquesas y una corona de oro. Los huecos de los ojos se habían llenado con dos réplicas de sus ojos en oro. El mentón estaba protegido por una máscara, igualmente en oro, y la nariz por una nariguera del mismo metal precioso. El pecho tenía once pectorales con conchas de colores, brazaletes con turquesas, un lingote de oro en su mano derecha (el Sol) y uno de plata en la izquierda (la Luna). A su lado un cetro rematado en una pirámide de oro, y finalmente un collar con 71 esferas de oro. Pero el mayor tesoro encontrado fue una diadema de 62 cms. de ancho y 42 de alto, cómo no, de oro.
Pero el Señor de Sipán no estaba sólo. A su lado se encontraron los esqueletos de dos soldados, también cubiertos de oro y turquesas, que se encargaban de protegerlo en la vida eterna. Además, había dos mujeres que probablemente serían sus esposas, otra mujer más y un niño, y un perro. En todo el enterramiento aparecieron cientos de objetos con piedras preciosas, metales como oro y plata y cerámicas valiosas. Pero aún así, la gran riqueza de este descubrimiento no fueron sus tesoros, sino descubrir su Historia, su pasado, y conocer de primera mano el auténtico pasado del Perú norteño, sus raíces y cultura, la de moches o mochica a quien pertenecía el Señor de Sipán. Justo debajo de aquel guerrero, a unos metros más de profundidad estaba lo que eternamente debía permanecer oculto: una cámara subterránea de 25 metros cuadrados. Cuando se quitó las vigas que sellaban la cámara, la sorpresa fue mayúscula. Seguramente uno de los mayores descubrimientos arqueológicos del siglo XX. La historia del antiguo Perú mostrada a los ojos del doctor Walter Alva. Era el mes de julio de ese mismo año, 1987. Era un conjunto perfecto, sorprendentemente simétrico, y de unas riquezas incalculables. En su centro destacaba la pequeña figura de un señor cubierto de joyas entre las que destacaba un disco de 92 milímetros de diámetro hecho de turquesas, coral y lapizlázuli y rodeado de esferas de oro puro. La vestimenta del señor también lucía turquesas y una corona de oro. Los huecos de los ojos se habían llenado con dos réplicas de sus ojos en oro.
El mentón estaba protegido por una máscara, igualmente en oro, y la nariz por una nariguera del mismo metal precioso. El pecho tenía once pectorales con conchas de colores, brazaletes con turquesas, un lingote de oro en su mano derecha (el Sol) y uno de plata en la izquierda (la Luna). A su lado un cetro rematado en una pirámide de oro, y finalmente un collar con 71 esferas de oro. Pero el mayor tesoro encontrado fue una diadema de 62 cms. de ancho y 42 de alto, cómo no, de oro. Pero el Señor de Sipán no estaba sólo. A su lado se encontraron los esqueletos de dos soldados, también cubiertos de oro y turquesas, que se encargaban de protegerlo en la vida eter En todo el enterramiento aparecieron cientos de objetos con piedras preciosas, metales como oro y plata y cerámicas valiosas.

El Señor de Sipán
File:TumbaSeñorSipán3 lou.jpg
El Señor de Sipán, Tumbas Reales en Lambayeque (Perú).
File:TumbaSeñorSipán2 lou.jpg
Tumba del Señor de Sipán junto a sus guardianes (cuyos pies fueron cortados)
IDEOLOGÍA E ICONOGRAFÍA
Toda la cosmovisión de los moche, sus creencias y su manera de entender el mundo, se plasmaron tanto en su cerámica como en sus murales, en ellos nos dejaron una vasta iconografía, con mensajes o ideas de su tiempo. Los artistas moches dibujaron en las paredes de sus santuarios escenas de sacrificios humanos, castigos contra los prisioneros. Existen pinturas que muestran guerreros en forma de pallar y otras que dejan ver escudos, lanzas y porras con los que persiguen a seres humanos, expresando la necesidad de llevar a cabo guerras de expansión a cargo de un Estado militarista.
Los moches pintaban lagartijas en los ceramios, para representar al sector popular, a campesinos o pescadores; dibujaban zorros, felinos con cuerpo humano que simbolizaban la fuerza de los gobernantes, es decir de sacerdotes y militares, respectivamente.Los estudios recientes dejan en claro que el arte Mochica no captó todos los aspectos de la vida cotidiana y que graficó únicamente imágenes y escenas significativas referidas a eventos, temas ceremoniales constantes y probablemente mitos y relatos que reflejan su concepción del mundo. Una selección representativa nos aproxima a este fascinante mundo de imágenes gráficas.

Cerámica religiosa moche, donde la sacerdotisa le brinda a su señor la sangre de los prisioneros decapitados. Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera
Araña decapitadora: iconografía moche
ROSTRO CON COLMILLOS
ESCRITURA:
Larco Hoyle afirmó que Moche tuvo un sistema de símbolos que contiene información, a manera de escritura y la llamó pallariforme. Se trata de dibujos en forma de pallar y líneas geométricas que encierran una comunicación especial, aún es estudiado para completar la explicación histórica.
Estos objetos están pintados con diversos puntos, marcas, líneas geométricas, que podrían corresponder a un código de escritura.Para otros estudiosos los pallares pintados fueron objetos rituales, o quizás sirvieron para intercambios o fueron fichas de adivinación.

METALURGIA:
Los mochicas elaboraron objetos ornamentales, herramientas y armas. Los metales que trabajaron fue el oro, plata, cobre. Llegaron a obtener una aleación denominada tumbaga, que consistió en mezclar el cobre con el oro o la plata. También utilizaron piedras preciosas como la turquesa. Entre las técnicas para el trabajo del metal destacan: el laminado, martillado, repujado, alambrado, soldadura, etc. La tumba del Señor de Sipán es la muestra más representativa del trabajo de los metales de la cultura Mochica.
Confeccionaban una variedad de objetos de uso real, sacro y militar; también adornos para la élite y domésticos como collares, narigueras, orejeras, brazaletes, pinzas, sortijas, coronas, pectorales, platos, copas, cuencos; instrumentos agrícolas, quirúrgicos, cuchillos, máscaras funerarias, protectores y perfectos instrumentos musicales como sonajas, pitos, quenas, tambores, etc. 
File:Mochica Headdress Condor Larco museum.jpg
Cuchillo de oro
File:Mochica Corn.jpg
Metalurgia mochica. Maíz
                                
                                 Orfebrería mochica. Nariguera con incrustaciones de turquesa.

RELIGIÓN:

Tuvieron una gran cantidad de divinidades, muchos de los cuales presentaban rasgos heredados de Chavín. Había divinidades del mar, de la agricultura y del mundo sobrenatural. Pero su principal divinidad fue Aia Paec, que significa “el Hacedor”. Fue representado en forma humana pero con colmillos de felino. Como adornos presenta un tocado semicircular, orejeras, narigueras, sonajeras y cuchillos atados a la cintura.Ofrendaban sacrificios humanos a sus divinidades mediante rituales y ceremonias especiales. Ello se sustenta en el hallazgo de la tumba de la sacerdotisa en San José de Moro y últimamente con el hallazgo de la Señora de Cao en el Complejo el Brujo. Se trata de una mujer rodeada de ofrendas y con la posesión de una gran copa donde se vertía la sangre de los seres humanos sacrificados. La vestimenta, los adornos y el tocado que presenta son semejantes a la sacerdotisa que aparece representada en los ceramios icnográficos mochicas dirigiendo la ceremonia de los sacrificios humanos. Los mochicas creyeron en el más allá. Sus tumbas fueron de diversa forma: sarcófagos, cajas de caña, tinajones de cerámica y cámaras con nichos. Los cadáveres los enterraban de manera horizontal, boca arriba mirando al cielo. Junto al cadáver colocaban ofrendas de cerámica, tejidos, mates, objetos de metal. Si el personaje era importante sacrificaban personas para que lo acompañen.

Según Larco Ai-Apaec es el dios principal por sus dioses castigadores
El dios moche Ai apaec, representado en un muro de la huaca de la luna.
Deidad Moche
Visita realizada al Museo de Sitio "Huaca Rajada - Sipan"

sábado, 4 de enero de 2014

Primer Desarrollo Regional - Cultura Moche

CARACTERÍSTICAS:
Después de la decadencia del Estado teocrático Chavín y fin de su hegemonía cultural en el área andina, surgieron diferentes culturas regionales; se organizaron nuevos tipos de Estado de características ya no panandinas sino regionales y teocrático – militaristas. Este período histórico que abarca aproximadamente desde el siglo I d.n.e. hasta el siglo VIII d.n.e. es denominado Primer Desarrollo y Esplendor Regional donde destacaron culturas como: Nazca, Mochica, Huarpa, etc. Otros investigadores también denominan a esta etapa:
Intermedio Temprano, porque está situado históricamente entre Chavín y Wari (Estados panandinos
Época de los Maestros Artesanos, por el gran desarrollo de la cerámica, metalurgia, escultura y textilería.
Primer Apogeo de los Estados teocrático - militarista, por su expansionismo regional y el predominio de una casta sacerdotal y militar. Pero, cabe aclarar que este período se ubica dentro del Clasismo Expansivo, en general.

ICONOGRAFÍA MOCHICA
SOCIEDAD MOCHE
(100dc-800dc)
UBICACIÓN
La cultura Mochica se desarrolló en los valles de la costa norte del Perú actual; en valles fértiles formados por los ríos Ñepeña, Huarmey (Ancash), Moche, Chicama (La Libertad), La Leche, Zaña (Lambayeque). Estas áreas fueron ocupadas productivamente por familias campesinas, quienes sacaron provecho económico, convirtiendo el conjunto de valles en campos de cultivo; para ello, superaron incluso un obstáculo: la falta de agua, puesto que la garúa, llovizna de gotas minúsculas, no provee el líquido elemento suficiente para la actividad agrícola. Además utilizaron los recursos que el inmenso mar les brindaba. Esta cultura fue descubierta por el arqueólogo alemán Max Uhle, quién la denominó proto Chimú. Posteriormente Julio C. Tello le llamó Mochica, en base al idioma Muchik que hablaron los antiguos pobladores de la costa norte del Perú.

    Mapa de ubicación de la Sociedad Moche


ANTIGUEDAD
Alcanzaron su apogeo en los primeros siglos de nuestra era aproximadamente desde el siglo I hasta el siglo VI d.n.e. Por supuesto que no aparecieron de la nada; los mochicas surgieron de los ayllus agrícolas y artesanales de Virú, luego de la desarticulación chavinense, así como de Cupisnique y de Salinar, antiguos centros aldeanos de trabajo agrícola y artesanal. En el inicio de nuestra era llegaron a estructurar un Estado teocrático – militar. Siglos más tarde, el Estado Moche entró en contradicciones internas y en guerras contra sociedades del sur, es decir con el Imperio Wari, quedando abandonados, en el siglo VII, varios centros que evidencian su trabajo; pero los campesinos, orfebres y artesanos pasaron a convertirse en tributarios de los Wari.

ORIGEN
Se la denomina cultura Mochica en razón del nombre de la lengua, el muchik, que hablaban sus pobladores. Según Julio C Tello fue la civilización Muchick la que le dio origen.Los elementos de las culturas Cupisnique (“Chavín Costeño”), Salinar, Vicús y Virú se fundieron para formar la gran cultura Moche en sus primeras épocas. Luego de este largo proceso, apareció como una síntesis regional autónoma, con mayores aportes tecnológicos e ideológicos que cualquier otra cultura nor costeña y andina.
ECONOMÍA:

Los Mochica practicaban diferentes actividades económicas para complementar su dieta alimenticia, inclusive duplicaron esfuerzos para transformar la aridez de los suelos en tierras altamente productivas. En la agricultura desarrollaron sus mejores muestras de ingenio y de esfuerzo construyendo acueductos como Ascope y el canal de la Cumbre (ambos de Chicama), con el objetivo de canalizar las aguas de los ríos que fluyen de los Andes y que se desbordan en los meses de verano. Cultivaron maíz, frijol, maní, piñas, ciruelas, etc., los sembraban en tierras abonadas con guano de las islas y estiércol de loso camélidos. Los Mochica pescaban en el mar usando pequeñas canoas, denominadas actualmente caballitos de totora; capturaban peces de aguas frías y de aguas cálidas con anzuelos, redes y arpones. Capturaban lobos marinos, apaleándolos con grandes mazos. La pesca fue una actividad económica complementaria de la agricultura. El comercio, realizado con etnias vecinas del Estado Moche, se hacía mediante el intercambio (dirigido por las autoridades), de productos con las regiones quechuas y selváticas. Esto se halla evidenciado en su orfebrería de piedras preciosas, como la turquesa, y en el uso de metales como el oro y la plata, que son propias de la selva norteña. “Los mochicas conocieron la metalurgia y trabajaron el oro, la plata, el cobre y ensayaron diversas aleaciones entre los mismos. Fueron expertos en dorar a fuego y en frío y también soldaron piezas de metal con magníficos resultados de suerte que si no es del todo posible hacer un inventario preciso del patrimonio cultural de los chimúes, a parte del recibido de los mochicas, así como el que éstos recibieron de los vicus, no puede negarse la existencia de un legado en metalurgia” (Illescas – 1990). “Los pueblos de los diferentes horizontes culturales del Perú trabajaron el oro, la plata y cobre, pero su curiosidad útil fue más allá y los llevó a producir la Tumbaga y otras aleaciones en busca de cuerpos más duros y resistentes para un trabajo vislumbrado por su mente. Resulta escasa sin embargo la producción de bronce entre los pueblos de la costa norte, aunque existen ejemplos de trabajos interesantes confeccionadas con esta aleación. Fabricaron herramientas de notable dureza templando el cobre al martillo o consiguiendo con esta propiedad en los mismos yacimientos filoneanos, material conocido con el nombre de champi (Illescas – 1990). “Los mochicas templaban, soldaban y doraban el cobre utilizando técnicas especiales, extraían el cobre con velas de madera con punto de cobre y trituraban al mismo en el Miray (molino de piedra). La fundición del mineral se hacia en un horno llamado la huayra. Todo ello nos demuestra el gran avance que hemos alcanzado en metalurgia en el antiguo Perú. No obstante que la producción de cobre en el Perú antiguo cubría el 85% de los utensilios usados por el pueblo, con una tradición milenaria en el tratamiento y uso de este metal, la información al respecto es muy escasa (Illescas – 1990).

PESCADOR MOCHE
ORGANIZACIÓN SOCIAL:
Durante la descomposición de la teocracia Chavín surgieron sectores militarizados que tomaron el control político en diferentes regiones. En el valle de Moche surgió un grupo de guerreros que desplazaron a los sacerdotes de la conducción del Estado. De esa manera, los guerreros y sacerdotes mochicas configuraron una nueva clase dominante, propietaria de los medios de producción (tierras, ganado, trabajo), quienes, para mantener sus privilegios, utilizaron una represión generalizada a través de los mecanismos de poder (ejército, sanciones, religión) y constituyeron un Estado militarista – teocrático. La clase trabajadora – campesinos, artesanos y pescadores – formaban la base de la sociedad, pero, en la condición de sector sometido debía tributar al Estado, con la fuerza del trabajo, elaborando ceramios, cultivando campos de los dirigentes, construyendo santuarios para los sacerdotes, etc.
Fue un sociedad clasista, aristocrática y guerrera. Las diversas clases sociales que existían tenían diferencias muy marcadas. En la cúspide de la pirámide social se encontraban los militares, quienes eran el grupo de poder o clase dirigente; el Cie Quich, era el gobernante de un Confederación de valles; mientras que, los alaec, eran los jefes de cada uno de los valles, quienes se encontraban subordinados a los Cie Quich. Los sacerdotes, también eran parte del grupo de poder, ello tenían a su cargo las complicadas ceremonias religiosas y los sacrificios humanos.


GUERRERO MOCHICA


                              


ORGANIZACIÓN POLÍTICA:
Tradicionalmente se pensaba de que los mochicas habían constituido una única organización política que abarcaba desde Piura hasta Chimbote. La información actual permite desestimar tal hecho; pues existieron diferentes organizaciones que, a lo largo de 700 años interactuaron entre sí; unas veces uniéndose; y otras a través de la conquista. Sobre la base de los vestigios disponibles, sobre todo en las semejanzas de estilo de la cerámica, se puede notar dos grandes regiones: el territorio mochica norte, que incluyó los valles de Piura, Lambayeque y Jequetepeque; el territorio mochica centro que, incluye los valles de Chicama, Moche y Virú, Chao, y por último, Santa y Nepeña en el sur. Los mochicas no organizaron un estado unificado. En los distintos valles que ocuparon organizaron pequeños estados independientes dirigidos por militares – sacerdotes, quienes se encargaban de planificar las obras publicas, controlar los excedentes de producción y organizar las ceremonias religiosas. En un momento determinado de su desarrollo histórico los estados establecieron alianzas político - militares, formándose un Confederación de Valles. Esta era dirigida por el Cie Quich, un gobernante militar- sacerdote, a la vez que dirigía las guerras que se emprendían para lograr la expansión territorial.

Sacerdote Moche

ICONOGRAFÍA MOCHE
 MANIFESTACIONES CULTURALES:
CERÁMICA:
Usaban moldes para elaborar en serie los ceramios, en los cuales representaron frutas, animales y seres humanos. Plasmaron, con gran habilidad, actividades de la vida diaria, como por ejemplo, la pesca, ritos, artistas, cargadores de literas reales; además representaron enfermedades genitales y actos sexuales. En sus inicios preferían el color negro, pero derivaron al rojo – marrón combinado con el blanco: de la monocromía pasaron a la bicromía. El gollete estribo. La labor ceramista era parte del trabajo que debían cumplir los sectores populares en beneficio de las clases privilegiadas. Los representativos ceramios mochica son de forma globular con asa estribo. Utilizaron moldes para la elaboración de los ceramios, y utilizaron dos colores: el crema y el rojo indio, por ello se dice que fue una cerámica bícroma.
Ø  Pictográfico : Escenas de su vida diaria
Ø  Patológico   : enfermedades
Ø  Retratos      : Estados de ánimos
Ø  Eróticos       : Escenas sexuales, cultos a la fertilidad.

File:Moche portrait ceramic Quai Branly 71.1930.19.162 n1.jpg
HUACO RETRATO

Elaboraron dos tipos de ceramios:



Fase Mochica I
Pequeñas vasijas-retratos y vasos fito-zoo antropomorfos; botellas con asa-estribo, pico, etc., casi siempre recubiertas de pinturas. Marcada influencia de Cupisnique, Salinar y Virú.
Fase Mochica II
Mejor cocidas, más esbeltas y con pinturas zoomorfas muy bien hechas. Marcada influencia de Cupisnique, Salinar y Virú.
Fase Mochica III
Vasos-retratos y también de animales, únicos por su excepcional realismo-naturalismo, decorados de arriba abajo con motivos geométricos o escenas de la vida diaria.
Fase Mochica IV
Con algunas formas nuevas, incorporando el tema paisajístico.
Fase Mochica V
Barroco, atrevido y decadente por su forma y decoración.
Los Nazcas realizaban el coitus por OS (coito por la boca) y el coitus contra natura (coito anal) y el homosexualismo era común.


CERAMIOS PICTÓRICOS O ICONOGRÁFICO:

En estos ceramios mediante dibujos representaron escenas de su vida diaria, caza, combates, rituales y divinidades. Las elaboraron de forma tan detallada que parecen diccionarios ilustrados.


     File:MocheDrum.jpg
  Músico mochica con tambor.

File:Caballitodetotoramuseolarco.jpg
Pescador mochica en embarcación denominada «caballito de totora».
File:Papamuseolarco.jpg
Representación mochica del tubérculo denominado papa.
CERAMIOS ESCULTÓRICOS:

Elaboraron los mejores ceramios escultóricos del Perú y de América. Fue de forma tridimensional. Destacan: los huacos retratos, que representan rostros humanos en distintos estados de animo; los huacos eróticos, que representan escenas sexuales de seres humanos y animales, posiblemente rindiendo culto a la fertilidad o representando escenas realizadas en contextos ceremoniales; los huacos patológicos, dónde representaron diversas enfermedades como la uta, el bocio, entre otras.

File:Vasija guerrero mochica (M. América, Madrid) 01.jpg
Guerrero mochica genuflexo con armas.

File:Paralisis facialMOCHE.jpg
Cerámica escultórica. Varón con parálisis facial.
File:Analsexmoche.jpg
Arte erótico mochica.
File:MochePortrait.jpg
Huaco retrato. Varón sonriendo.

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Visita realizada al Museo de Sitio "Huaca Rajada - Sipan"