Pachacutec Inca Yupanqui (1400- 1471)

Pachacútec Inca Yupanqui ha sido considerado como el gobernante más importante del Tahuantinsuyu. En realidad, él expandió el Imperio, lo organizó y dio su marco jurídico, determinando normas claras de conducta individual y social, hasta convertirlo en la expresión más avanzada entre las culturas antiguas del hemisferio sur.

Cusi Inca Yupanqui - Pachacutec
El “Alejandro Magno de América”
Según Garcilaso, al príncipe Titu Manco Cápac, su padre Inca Huiracocha le cambió el nombre por el de "Pachacútec". Acosta lo llama "Inga Yupanqui". Otros le dicen "Pachacútec Inca Yupanqui", nombre que él mismo se habría puesto, luego de deponer a su padre y su tío Urco. Se casó con la Coya Anahuarque y con ella tuvo a su heredero Inca Yupanqui. Reinó por casi 50 años y tuvo varias mujeres y muchos otros hijos, "que, con ser tantos, dicen los indios que eran pocos para hijos de tal padre". Para el historiador inglés Sir Clement Markham, Pachacútec es: “El más grande hombre que la raza aborigen de América haya producido”. 

Sus primeras acciones. 
Durante los primeros años de gobierno, Pachacútec Inca Yupanqui se dedicó a ordenar el Cusco, visitó su reino, sometió a los huancas y estuvo afincado en el Cusco durante 3 años seguidos. Por otros tres años realizó visitas a su Imperio. Luego alistó un ejército de 30 mil hombres y salió hacia el Chinchasuyu, acompañado de su hermano Cápac Yupanqui. De Villca, que era el extremo noroeste de sus dominios, pasó al curacazgo de Sausa (Xauxa), que tenía más de 30 mil habitantes y que pertenecía al reino Huanca. Su ejército, comandado por Cápac Yupanqui conquistó a los huancas pacíficamente y los redistribuyó en tres curacazgos: Sausa, Marcauillca y Llacsapallanca.

Expansión del Tahuantinsuyu
El ejército imperial de Pachacútec siguió más al norte y conquistó a los de Tarma y Pumpu (en español: Bombón). A 150 km al oriente de esos curacazgos, Cápac Yupanqui sometió a los antis, que eran tribus de la selva. Retornando a Pumpu, siguió hacia el norte. Tuvo guerra con los de Chucurpu. Murieron más de 4 mil soldados de ambas partes; pero los sometió, finalmente. Siguió a Ancara y Huaillas. De allí se regresó al Cusco, donde ya lo esperaba su hermano, el Inca.

Crónica publicada en 1737
El autor es Antonio de Herrera y aparecen 13 incas.
        
Correinado
Pachacútec se dedicó a construir las obras públicas de su imperio durante tres años, luego de los cuales retornó al Cusco y después de varios meses de estadía en el "Ombligo del Mundo", acordó con su hermano y sus consejeros emprender otra acción conquistadora por el Chinchasuyu. Para asegurar una unívoca administración y siguiendo la costumbre de sus antepasados, Pachacútec también continuó con el sistema del correinado, y lo hizo con Cápac Yupanqui, quien era "su segunda persona". Por tal motivo, una vez más delegó la conducción del ejército imperial a su “auqui”, Cápac Yupanqui, a quien hizo acompañar con su sobrino, el príncipe heredero Inca Yupanqui. Este había cumplido 16 años y había pasado hacía poco las pruebas del huaracu (pruebas de valor).

Conquistas norteñas
La formidable tropa de Pachacútec, que contaba con 50 mil hombres de guerra, partió del Cusco con todos los honores hacia el norte y llegó a Chucurpu y desde allí conquistaron pacíficamente al curacazgo de Pincu. Desde Pincu (en el actual departamento de Junín), el Inca mandó mensajeros a los curacazgos de Huaras, Piscopampa y Cunchucu (en la actual Región Áncash) para que se incorporasen a sus dominios. Pero esas naciones rebeldes se juntaron y respondieron que mantendrían su independencia, "... que el Inca se contentase con lo que había tiranizado, pues con celo de religión había usurpado el señorío de tantos curacas como había sujetado". Huaras, Piscopampa y Cunchucu se atrincheraron en sus fortalezas y en las cañadas de sus principales caminos. Cápac Yupanqui separó a su ejército en 4 divisiones de 10 mil soldados cada una. Su intención era sacarlos y rendirlos por hambre. Él y su sobrino Inca Yupanqui, con otra parte del ejército, se quedaron a prudente distancia, siempre vigilantes de los acontecimientos, para socorrer al partido que lo necesitare. Al mismo tiempo, mandó a un hermano suyo para que de los curacazgos cercanos le ayudasen en provisiones dobles de las ordinarias.
Las batallas fueron durísimas. Los ejércitos de los tres curacazgos, en competencia de valor, resistieron a los del inca sin retroceder de sus atrincheramientos y fortalezas. El Inca ensayó una táctica: a las mujeres y niños que sus tropas encontraban en los caminos o en los campos, después de darles de comer, hacerles obsequios y aleccionarlos, los enviaban donde sus esposos o parientes que estaban en los campos de batalla. Su objetivo era distraerlos y ablandarlos. Los rebeldes recibieron la táctica como si fuera un insulto y endurecieron la resistencia. Así estuvieron durante 6 meses, hasta que, por la enfermedad, la mortandad y el hambre, tuvieron que rendirse ante Cápac Yupanqui. La doble provisión que el Inca pidió a los curacas vecinos fue útil, porque ese fue el abastecimiento que les dejó a los vencidos, ya que las cosechas de ese año se perdieron. También dejó a sus funcionarios reales; eligió a los curacas de confianza; dispuso las obras que tenían que hacerse y se alistó a seguir la conquista hacia el norte.

Huamachucu: campo real
Pacahacútec ordenó que las tropas imperiales pasaran más al norte, al actual territorio de la Región La Libertad, donde conquistaron pacíficamente a los huamachucu. Como la población de esa etnia estaba dispersa y el curaca se mostró amable, mandó que los caseríos y chozas dispersas se redujesen a pueblos de calles y vecindad, hizo pregonar que el único dios era el Sol, no otros, y que "echasen en la calle las piedras pintadas que en sus casas tenían por ídolos". Para todo ello, puso a sus funcionarios reales en cada pueblo. Pasado el tiempo, Huamachucu se convirtió en una de las zonas reservadas del Tahuantinsuyu, una especie de parque nacional donde había animales raros y plantas singulares, llevados de todas partes del país; pero visitado únicamente por el Zapa Inca y su corte.

Junto a las tropas de Pachacútec se iba
difundiendo en el mundo andino el
aribalo, huaco estilo inca.
    
Los caxamarcas y su resistencia
El ejército imperial pasó a Cajamarca. Planteada la rendición por los emisarios del Inca, los curacas de los caxamarcas respondieron que preferían morir por defender su libertad. Luego, los caxamarcas se atrincheraron en los "pasos fuertes", donde se produjeron enconadas peleas, y murieron miles de soldados, de ambos bandos. Lo mismo ocurrió en las batallas a campo abierto. Pero el poder de los incas obligó a los caxamarcas a atrincherarse en fortalezas, riscos y peñas, desde donde salían para hacer una especie de guerra de guerrillas (atacaban y corrían a esconderse). Ese asedio duró unos cuatro meses, hasta que la táctica de ablandamiento de los incas dio resultado y los caxamarcas se rindieron; entonces, el curaca admitió el dominio del inca, quien decretó la paz y el apoyo.

Pachacámac
Por el tratado entre incas y cuismancus
se logró, entre otras cosas, la unión de
los dioses más poderosos del Ande:
Inti y Pachacámac
Hecho el descanso, dadas las disposiciones correspondientes a los curacas y funcionarios reales y recibido un nuevo reabastecimiento de las tropas, Pachacútec ordenó a Cápac Yupanqui que pase a la costa central del Chinchasuyu, donde estaba el reino de Cuismancu y que se extendía por los valles de Pachacámac, Rímac, Chancay y Huaman. Al escuchar los apercibimientos del Inca, el rey de Cuismancu le mandó decir que sus dioses Pachacámac ("hacedor y sustentador del mundo"), Rímac ("el que habla") y Mamacocha ("madre-mar"): "... eran superiores al Inti, por lo que se consideraba tan rey como el del Cozco". Como los incas también reconocían a Pachacámac como dios, a pesar de no conocerlo, porque su fama venía desde antes, Cápac Yupanqui reiteró su petición de un sometimiento pacífico. Cuismancu tardó varios días en dar una respuesta, hasta que la paz fue acordada bajo las siguientes condiciones:
1. Que los cuismancu aceptaban al Sol como su dios en tanto que los incas seguirían creyendo en Pachacámac. 
2. Que en el templo de Pachacámac se construyera la casa de las Vírgenes del Sol para cuidar que se realicen los ritos ceremoniales en honor al Inti.
3. Que Cuismancu se quedaba con su reino pero como parte del imperio. Este tratado fue celebrado con parabienes y, para honrarlo ante el inca, Cápac Yupanqui fue con Cuismancu hasta el Cusco, a donde ya había llegado Pachacútec desde Rucana. "Pasado el triunfo hizo el Inca mercedes a Cuismancu y lo envió a su tierra lleno de favores y honra".

Cae un imperio
Después de seis años, Pachacútec envió un ejército de 30 mil hombres bajo el mando de Inca Yupanqui y seis de sus generales, para conquistar todas las tierras de la costa, desde el Rímac hasta la altura de Cajamarca. Cuando Inca Yupanqui llegó al Rímac, los curacas de Chuquimancu y Cuismancu salieron a recibirlo con alborozo y reforzaron su ejército con otros miles de soldados y gran cantidad de pertrechos militares. Luego, pasó al valle de Huaman (Barranca) y mandó decir al rey de chimu que aceptase integrar el Tahuantinsuyu. El rey Chimu tenía sus dominios en los valles de Parmunca, Huallmi, Santa, Huanapu y Chimu; ricos y fértiles. La respuesta fue que lo esperaba con las "armas en las manos para morir en defensa de su patria, leyes y costumbres y que no quería nuevos dioses". Inca Yupanqui, entonces, se dirigió hasta Parmunca, donde ya lo esperaba el ejército contrario. Ambos ejércitos se trabaron en dura batalla, con primeros resultados a favor de Chimu. Pero el Inca Yupanqui recibió un ejército de relevo de 20 mil soldados y embistió ferozmente a las cansadas tropas de Chimu. Los curacas y los nobles del reino Chimu fueron donde su rey a pedir que se rindiese. Chimu Cápac no quería; pero viendo la realidad y habiendo recibido un cordial mensaje de Inca Yupanqui, reunió a su consejo y se acordó la rendición. 

El Zapa Inca real se dirige con su ejército a conquistar reinos, señoríos y curacazgo
Rehízo todo
1. Embelleció el Cusco, principalmente el Coricancha, que quedó enchapado con láminas de oro y piedras preciosas. 
2. Hizo ampliar los caminos reales y mandó a construir palacios, templos del sol, tambos reales para alojamiento de los nobles y el abastecimiento de su ejército y pueblos necesitados. 
3. Creó varios yachayhuasis y aumentó el número de amautas para la educación de la nobleza. 
4. Generalizó el uso del quechua como lengua oficial. 
5. Reglamentó que el trabajo sea obligatorio, para lo que creó fuentes de trabajo en todo el imperio. Tantas cosas había que hacer en ciudades y campos, que niños, adultos, viejos e inválidos también tenían ocupación. Jueces especiales perseguían la holgazanería y sancionaban a los culpables. Sin embargo, tres días al mes estaban dedicados al descanso colectivo y a las fiestas. 
6. Durante esas fiestas, se dispuso que se realicen los "catu" o ferias de productos por guamani o provincias,
para que los artesanos y campesinos puedan intercambiar sus productos. 
7. Mandó que la división del Tahuantinsuyu, mediante guamanis, sea absolutamente precisa; de tal manera que quedasen bien demarcados los límites territoriales de cada una de las provincias del imperio. Lo mismo hizo con las ciudades. "Hizo ley que cualquier provincia o ciudad tuviese término señalado que encerrase en sí los montes, pastos, bosques, ríos y lagos y las tierras de labor, las cuales cosas fuesen de aquella tal ciudad o provincia en término y jurisdicción perpetua".

Vaso ceremonial Inca con estampa de guerrero.
En cuanto a la propiedad de la tierra, las sabias decisiones que tomó Pachacútec Inca Yupanqui fueron las siguientes: 
1. En todas las circunscripciones territoriales respetó las tierras de los curacas. 
2. A las otras tierras (que ancestralmente habían pertenecido a las comunidades aldeanas o las que eran productos de la ampliación de áreas de cultivo, gracias a las irrigaciones y andenerías), las dividió en tupus, y entregó a los runas, por cada familia...
"Y que ningún gobernador ni curaca fuese osado a disminuirlas, dividir o aplicar alguna parte para sí ni para otro,... señalando sus partes para las rentas reales (nota: "tierras del Inca) y para el sol (nota: "tierras del sol")”. Dice el Inca Garcilaso de la Vega: "De aquí se averigua ser falso lo que muchos falsamente afirman: que los indios no tuvieron derecho de propiedad en sus heredades y tierras, no entendiendo que aquella división se hacía no por cuenta ni razón de las posesiones sino por el trabajo común y particular que tenían que poner en labrarlas". 
3. En las grandes circunscripciones, aprobó las herencias de los estados y señoríos conforme a la antigua costumbre de cada provincia o reino.

La familia y otras normas
Las principales disposiciones sociales que tomó Pachacútec fueron las siguientes: 
a) Todos los hijos le debían obediencia y servicio a sus padres hasta los 25 años. 
b) En caso de no haber practicado el servinacuy, nadie se casase sin permiso de los padres. 
c) En caso de haber hecho el servinacuy, y si ello resultase exitoso, podrían legalizar su matrimonio con la aprobación de los padres y legitimando a sus hijos. Tal como dice Blas Valera, Pachacútec Inca Yupanqui impuso orden y tranquilidad en el Tahuantinsuyu, mediante las siguientes leyes: 
a)."Cuando los súbditos y sus capitanes y curacas obedecen de buen ánimo al rey, entonces goza el reino de toda la paz y quietud".
b). "El que mata a sus semejantes necesario es que muera. Por lo cual los reyes antiguos, progenitores nuestros, instituyeron que cualquier homicida fuese castigado con muerte violenta. Y nos lo confirmamos de nuevo". 
c). "En ninguna manera se deben permitir ladrones. Los cuales, pudiendo ganar hacienda con honesto trabajo y poseerla con buen derecho, quieren más haberla hurtando o robando. Por lo cual es muy justo que sea ahorcado el que fuere ladrón". 
d). "Cuando los súbditos obedecen lo que pueden, sin contradicción alguna, deben los reyes y gobernadores usar con ellos de liberalidad y clemencia. Más de otra manera, de rigor y justicia, pero siempre con prudencia".
e). "Los jueces que reciben a escondidillas las dádivas de los negociantes y pleiteantes deben ser tenidos por ladrones y castigados con muerte, como tales".

Testamento y muerte
“Hijo, ya ves las muchas y grandes naciones que te dejo y sabes cuánto trabajo me han costado. Nadie alce los ojos contra ti que viva, aunque sean tus hermanos. A estos nuestros deudos te dejo por padres, para que te aconsejen. Mira por ellos y ellos te sirvan. Cuando yo sea muerto, curarás de mi cuerpo y ponerlo has de mis casas de Patallacta. Harás mi bulto de oro en la casa del Sol y en todas las provincias a mí sujetas los sacrificios solemnes, y al fin la fiesta de Purucaya, para que vaya a descansar con mi padre el Sol”.
"Pachacútec expiró en pleno apogeo imperial. Su momia fue colocada en Tococache (San Blas/ Cusco), en el templo dedicado al Trueno, que él hizo edificar [...]. Exhaló el último suspiro muy viejo, completamente canoso, pese a que los runas andinos no encanecen con facilidad. En 1471 debió de ocurrir el deceso del creador del imperio Inca, pero dejó a este bien organizado, legislado y administrado con disposiciones que duraron hasta 1533 y décadas posteriores. Planificó todo y dejó listo para que sus hijos y demás descendientes llevarán al imperio a su máximo esplendor. Los demás soberanos no harían otra cosa que seguir sus pautas. No cabe duda de que fue un hombre genial. Abarcó y dominó todas las actividades. Fue el cerebro más insigne que ha producido la América precolombina, solo comparable con Alejandro Magno, otro eximio conquistador y creador de un extraordinario imperio en el Viejo Mundo. El territorio que legó fue la base del virreinato peruano y de la república actual del Perú" (Waldemar Espinoza Soriano. Los Incas. Pp. 91-92).

Pachacútec según retrato hallado
en el convento de Copacabana
(Bolivia)
Fuente: Julio Villanueva Sotomayor
Biografía "Pachacutec Inca Yupanqui"

2 comentarios:

  1. Excelente biografía. La preparación de pachacutec para tomar decisiones como conquistador y organización social posterior es admirable. Muy justo llamarlo el Carlo magno de América.

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  2. Febrero-21 Cordiales saludos, en la situación mundial de pandemia, parece que una de las actividades que mejor combate el virus es la lectura, nuestro grano de arena es este libro: A orillas del Virú, que con gusto les ofrecemos.
    Esta historia narra los hechos ocurridos en la conquista del Perú desde el punto de vista de los habitantes de una aldea sometida por los Incas.
    En cualquiera de las siguientes páginas web se puede leer todo el libro gratuitamente.
    https://lnkd.in/exgP9KX https://lnkd.in/e_AzHcP

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