sábado, 22 de agosto de 2020

Tangarará, "La primera ciudad española en el Perú".

Alguna vez hemos dicho que la historia del Perú debe ser reescrita. Porque hay hechos omitidos, tergiversados o simplemente olvidados, que merecen ser reconsiderados. Uno de ellos es el caso de Tangarará, la primera ciudad fundada por los españoles en América del Sur, aunque en la escuela y en los libros de historia se sigue difundiendo que el título le corresponde a la ciudad de Piura, lo que no es cierto.


La primera ciudad fundada por Francisco Pizarro fue San Miguel de Tangarará, en una campiña sembrada de algarrobos a la diestra del río Piura, en el hoy distrito de Marcavelica, en la provincia de Sullana, el 15 de julio de 1532, con lo que se cumplió el deseo del conquistador de fundar un ‘pueblo de cristianos’ después de partir de Poechos con destino a Cajamarca.

El lugar era gobernado por el cacique Tangar Arac (‘pantano pluvial con peces’, en tallán) y allí se erigió el primer templo cristiano, donde el cura Valverde ofició su primera misa e inició el proceso de evangelización. Se nombró primer alcalde a Blas de Atienza; contador a Alberto Navarro, y tesorero a Alfonso Riquelme, y se constituyó así la primera municipalidad del Perú. (San Miguel del Villar, hoy Piura, fue fundada un mes después, el 15 de agosto de 1532).

Así lo han establecido el historiador Miguel Seminario Ojeda (Historia de Sullana); y los cronistas Pedro Cieza de León (La Crónica del Perú) y Juan de Arce, testigo del acto de fundación, que señala que el lugar era “tierra buena, de mucha comida”.

La versión es respaldada por los historiadores Reynaldo Moya Espinoza, Juan José Vega y Miguel Arturo Seminario Ojeda, aunque con fecha errada debido a la ausencia de un acta de fundación, que no siempre era levantada cuando se establecía una ciudad.

El acto fue confirmado por el emperador Carlos V al otorgarle el escudo de armas el 7 de diciembre de 1537, distinguiéndola como la primogénita ciudad europea fundada en América del Sur.

El hecho lo corroboró José Antonio del Busto en su Historia General del Perú y lo ratificó un Diploma al Mérito expedido el 15 de julio del 2005 por el Congreso de la República.

Ese mismo año, el Instituto Nacional de Cultura declaró a Tangarará Patrimonio Cultural de la Nación, y en abril el gobierno regional de Piura dictó la Resolución Ejecutiva Regional N° 248-2005 que la declara “primera ciudad fundada por los españoles en el Pacífico Sur y Capital Nacional de la Transculturación”.

La fundación de la villa figura también en la Relación del Descubrimiento y Conquista del Perú, basada en los manuscritos de Pedro Pizarro, sobrino del conquistador, participante activo en la conquista y presente en el acto.
Más aún, fue declarada monumento histórico del Perú el 3 de junio de 1982 mediante la R. M. N° 475-82-ED; y después Distrito Histórico de la región Piura y una de las Ocho Maravillas Turísticas de la Región.

No obstante tantos títulos, documentos y testimonios históricos, Tangarará ha visto frustrado su deseo de convertirse en distrito y permanece con el tiempo detenido, con sus ranchitos con paredes de adobe y techos de paja y barro; con su plaza de corte moderno denominada Encuentro de Dos Culturas, con un obelisco en su centro inaugurado en 1932, al conmemorar sus 400 años de fundación, y una réplica de la cruz que utilizara Pizarro para el acto de fundación hace 486 años.

Dedicada a la agricultura como actividad principal –básicamente producción de arroz y plátanos–, Tangarará sigue padeciendo la falta de infraestructura y servicios básicos, que dificulta la llegada de turistas y visitantes dispuestos a apreciar y disfrutar de la indescriptible belleza de su paisaje y sus mil historias legendarias. 

Esta localidad llena de historia requiere la atención de las autoridades a todo nivel para seguir creciendo con el importante legado cultural e histórico que representa y que actualmente identifica y enorgullece a cada uno de sus pobladores.
El viernes 24 de agosto, en medio de una comprensiva expectativa, se realizó una audiencia pública organizada por la Comisión de Educación, Cultura y Deporte de la Municipalidad de Sullana, con el objetivo de defender a Tangarará como la primera ciudad española establecida en el Pacífico Sur por los conquistadores españoles.

Lo cierto de todo es que el Perú no puede seguir ignorando su pasado ni mucho menos seguir permitiendo que continúe en el olvido y el abandono una ciudad como Tangarará, poseedora de una enorme importancia histórica, además de muy valiosa.


José Vargas Sifuentes
Periodista 

miércoles, 12 de agosto de 2020

La guerra de los dos hermanos: división y caída del Imperio Inca

El 26 de julio del año 1533, el último gobernante del imperio inca, Atahualpa, fue ejecutado por los españoles a “garrote” (artilugio utilizado para estrangular a los reos). Su muerte significó el fin del gran imperio inca y el comienzo de la conquista española sobre aquella región de América del Sur. Sólo un año antes, Atahualpa había salido victorioso de la sangrienta guerra civil mantenida para conseguir el Sapa Inca (título que significaba ‘el inca, el único’). Esta guerra es conocida con diversos nombres: guerra civil inca,  guerra dinástica inca, guerra de sucesión inca y  guerra de los dos hermanos.

Retratos de Huáscar y Atahualpa aparecidos en sellos peruanos emitidos en el año 2004. 
La muerte de un Sapa Inca
La guerra entre los dos hermanos empezó con la muerte del Sapa Inca Huayna Cápac y de su heredero, Ninan Cuyuhi en el año 1527. Probablemente murieran ambos a causa de la viruela, enfermedad que se propagó rápidamente entre las comunidades indígenas desde la llegada de los españoles al continente.
Tradicionalmente, el Sapa Inca legaba el trono a su primogénito. En el caso de Huayna Cápac, sin embargo, su hijo mayor, Ninan Cuyochi, había fallecido antes que él. Poco después de la muerte de su hijo, también Huayna Cápac se encontró en su propio lecho de muerte, y fue por esta razón por la que el Sapa Inca rompió la tradición y dividió el imperio entre sus dos hijos menores: Huáscar y Atahualpa.

La división del imperio inca
De los dos hijos, Huáscar era el mayor, y el segundo hijo de la mujer legítima de Huayna Cápac. Mientras, de Atahualpa se decía que era fruto de su unión con una de sus concubinas. Por  tanto, entregó el imperio a Huáscar excepto Quito y sus alrededores, al norte del territorio, que fueron para Atahualpa. Gobernando Cuzco, la capital del imperio inca, Huáscar conseguía la lealtad de la mayor parte del pueblo. Atahualpa en cambio lograba la lealtad del ejército inca, situado al norte para someter a las tribus fronterizas. Además, tres importantes generales, Chalcuchímac, Quisquis y Rumiñahui, juraron lealtad al menor de los hermanos.

El 12º Inca, Huayna Cápac
El comienzo de la guerra
Es posible que Huayna Cápac pensara que ambos hermanos gobernarían el imperio juntos, en armonía. Pero no fue así. Huáscar vio el mando de Atahualpa sobre el ejército inca como una amenaza directa a su posición como Sapa Inca, y decidió atacar primero para tratar de conquistar Quito.
Al principio esta maniobra pareció tener éxito, derrotando las tropas de Huáscar a Atahualpa y capturándole cerca de Tomebamba. Sin embargo, Atahualpa logró escapar y regresó a Quito para reagrupar a sus tropas. Aunque Huáscar trató de conquistar la capital norteña, fue derrotado y forzado a replegarse de nuevo hacia el sur. Fue entonces cuando Atahualpa envió un ejército capitaneado por Chalcuchímac y Quisquis contra Huáscar, mientras el general Rumiñahui permanecía en Quito para proteger la plaza.

Historias difamatorias sobre Huáscar
Se ha dicho que Huáscar se fue convirtiendo en un gobernante muy poco querido por su pueblo porque, por ejemplo, se le acusaba de haber asesinado a los señores que habían acompañado el cadáver de su padre, Huayna Cápac. Dichos señores ocupaban una elevada posición social en Cuzco. Por si esto fuera poco, la nobleza le dio la espalda cuando Huáscar supuestamente amenazó con quedarse con las pertenencias de las momias reales para, a continuación, quemar sus sagrados cuerpos.
Incluso se afirmaba que Huáscar mandaba matar a todos los mensajeros enviados por Atahualpa. También se le acusó de haberles cortado la nariz a algunos mensajeros –que portaban presentes de parte de Atahualpa- y mandarlos de vuelta con los ropajes desgarrados. Es muy probable que estas acusaciones acerca de la crueldad de Huáscar provinieran del bando vencedor, es decir, del propio Atahualpa y de sus generales y aliados, mientras que la versión de la historia vivida por Huáscar y los suyos se habría perdido para siempre. 

Chasqui haciendo sonar un pututu (caracola). Los chasquis eran los veloces mensajeros del Imperio Inca, y de ellos se decía que podían correr hasta 240 kilómetros en un día. Por medio de un eficiente sistema de relevos, eran capaces de hacer llegar un mensaje importante de Quito a Cuzco en tan solo una semana.
El fin de la guerra entre los dos hermanos y la creación de un nuevo imperio
En 1532, el ejército de Atahualpa derrotó a las fuerzas de Huáscar en una batalla decisiva librada a las afueras  de Cuzco, capturándole y haciéndole prisionero. Las noticias de esta victoria llegaron hasta Atahualpa cuando éste se hallaba en la ciudad de Cajamarca porque, justo por aquel entonces, se habían visto en aquella zona a unos extraños hombres de piel blanca con “lana en sus rostros”… Los españoles habían llegado. 
Atahualpa no podía suponer entonces lo corto que sería su reinado, ya que aquellos extraños hombres acabarían derrotando a sus ejércitos y ejecutándole, poniendo fin a su Imperio. De hecho, Atahualpa fue apresado muy poco después de su victoria sobre Huáscar.
La guerra entre los dos hermanos no sirvió para conseguir la reunificación del imperio inca bajo un único soberano, sino que provocó, indirectamente, la conquista de los incas por parte de los recién llegados españoles.

Huáscar cautivo del ejército de Atahualpa, dibujo de Felipe Huamán Poma de Ayala

Fuentes:

Hidden Inca Tours, 2015. The Inca Civil War: Not Civil at All. [Online]
Disponible en: https://hiddenincatours.com/the-inca-civil-war-not-civil-at-all/

Minster, C., 2015. Biography of Atahualpa, Last King of the Inca. [Online]
Disponible en: http://latinamericanhistory.about.com/od/theconquestofperu/p/08Atahualpa.htm

Minster, C., 2015. Huáscar and Atahualpa: An Inca Civil War. [Online]
Disponible en: http://latinamericanhistory.about.com/od/theconquestofperu/a/08incacivilwar.htm

Rodriguez, J., 2014. 10 Broken Lines Of Succession That Changed The World. [Online]
Disponible en: http://listverse.com/2014/07/20/10-broken-lines-of-succession-that-changed-the-world/

Spanish Wars, 2012. The Conquest of the Inca Empire. [Online]
Disponible en: http://www.spanishwars.net/16th-century-conquest-inca-empire.html

www.historyworld.net, 2015. History of the Incas. [Online]
Disponible en: http://www.historyworld.net/wrldhis/PlainTextHistories.asp?groupid=3077

www.sjusd.org, 2015. Civil War. [Online]
Disponible en: http://www.sjusd.org/leland/teachers/sgillis/geog/la/inca_civil_war.pdf