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martes, 25 de abril de 2017

Lambayeque: Pomac y el poder de Sicán

David Roca Basadre / Revista Rumbos

La quietud del bosque en medio del desierto, donde reinan ancianos algarrobos y sus retoños de edades y formas diversas y brilla la corte de zapotes, faiques y palo verdes, es el escenario magnífico donde dormitan las huellas del antiguo reino teocrático de Sicán, en forma de grandes pirámides truncas que han resistido quinientos años de huaqueo y abandono.
Sin embargo son capaces, a pesar de todo, de darnos aún pruebas de aciago poderío y grandeza: durante casi trescientos años, a fines del primer milenio d.C., los Sicán hicieron de su poder terrible la fuerza predominante e influyente de un amplio territorio que abarcaba desde el sur del Ecuador, hasta los linderos de Pachacamac y Ancón. 
Son aproximadamente seis mil hectáreas las que cubre el Santuario Histórico Bosque de Pomac, el bosque seco más grande de América y probablemente del mundo, conjunto de especies de flora y fauna adaptada al clima excepcionalmente seco del desierto costeño, que vive del contacto hallado del agua subterránea por la fuerza de sus raíces y propiciador de una fauna sorprendente por su variedad.

Batan Grande es el complejo arquitectónico más grande  la cultura Sicán
El Santuario Histórico Bosque de Pomac es testigo excepcional y espléndido de la maravillosa simbiosis entre el hombre y el resto de la naturaleza, como quizá no lo hay en otra parte del planeta.

El poder de Sicán
Quizá no un caso único en la rica historia transcurrida en el territorio peruano, poblado de valiosas manifestaciones culturales ignoradas, el recuerdo de Sicán ha tardado en imponerse a los ojos de los peruanos y del mundo.
El gran revelador de la importancia de Sicán, el doctor Izumi Shimada, la caracteriza cronológicamente a partir de los estudios de su cerámica, en tres periodos: Sicán Temprano que habría existido entre los años 700 a 900 d.C., Sicán Medio entre 900 y 1100 d.C y Sicán Tardío entre 1100 y 1350 d.C. 
Es a Sicán Medio, sin embargo, al que debemos atribuirle el aporte más importante y el legado en obras de fina metalurgia, cerámica, técnica depurada y formas de convivencia en la naturaleza, que un modernísimo Museo de Sicán – promovido con intensidad por el doctor Shimada y obtenido gracias a la cooperación japonesa – nos expone didácticamente a pocos kilómetros del bosque donde fueron hallados tales vestigios.  
No los únicos, sin embargo. Puede afirmarse con seguridad que casi el ochenta por ciento de los objetos antiguos labrados en oro y otros metales, provenientes de nuestro territorio, que están en colecciones privadas y museos del Perú y fuera del Perú, y que causan la admiración del mundo por la maestría de nuestros artesanos, provienen de Batán Grande, nombre con el que también se conoce a la extensión donde estuviera el centro del poderío de Sicán, en el hoy Santuario Histórico del Bosque de Pomac.

Las estructuras piramidales truncas son un sello de la cultura Sicán. 
Las pirámides truncas, que eran centros de culto religioso, donde la presencia de muchas tumbas delata cierto probable culto a los antepasados, se combinaban con plataformas públicas. La decoración mural se centra siempre en el personaje central, un dios presentado como un degollador de ojos alados, que porta una cabeza en una mano y un tumi ritual en la otra, el mismo al que temían los mochicas y que ya frecuentaba estas tierras desde muchos siglos antes y al que, luego, asumirán los señores Chimú.
Sicán tiene, sin embargo, su propia personalidad. Es el resultado de la fusión de dos de las principales tradiciones culturales del territorio andino, la herencia Mochica en la costa norte y la influencia Tiahuanaco - Wari de la sierra sur. El resultado es creativo y original.
La visita al Museo de Sicán nos permite apreciar la calidad del trabajo de aquellos artesanos. Donde la exquisita cerámica tan sólo es superada en asombro por el brillo del trabajo metalúrgico. Si bien los objetos de aleación de oro aparecen como más atractivos al visitante, el éxito mayor de su arte residió en la fundición a gran escala de cobre arsenical o bronce arsenical, aleación que ofrece ductilidad superior, dureza y mayor resistencia a la corrosión. Los hornos en que trabajaban sus artesanos requerían mucha mano de obra, materiales, carbón y fuertes corrientes de aire que eran suministradas por la fuerza del pulmón humano. Todo ello ha sido reconstruido para el visitante al Museo, de una manera vívida y didáctica.

Indumentaria Sicán que alberga el Museo de Sitio.
Recreación de las labores orfebres que caracterizarón a Sicán
La magia del bosque
De pie ante el árbol que llaman milenario, anciano algarrobo de casi quinientos años que despliega toda su sabiduría en largas ramas aún no vencidas, y que siguen produciendo abundante fruto, no nos sublevan – sino que nos convencen – el culto y los rezos que los lugareños le rinden. El árbol milenario es el símbolo, junto a algunos otros venerables, de lo que el bosque debió significar siempre y que obviamente refleja la dependencia del hombre con su entorno, al que reconocía como la providencia que le permitía seguir viviendo.
El bosque tiene un árbol emblemático, el algarrobo (Prosopis pallida), presente en toda la zona norte del territorio pero que tiene un punto de concentración aquí en Pomac. Sus raíces se hunden en la tierra hasta alcanzar la napa freática y se ha encontrado alguno que ha llegado a cavar hasta sesenta metros en pos del agua. Los animales comen sus hojas, sus frutos sirven de forraje, pero también para el consumo humano, sobre todo a través del extracto llamado algarrobina. Las flores proveen de excelente néctar para las abejas de los apicultores que se han instalado en la zona y producen miel de buena calidad y sabor, además de abundante polen. Las hojas secas se usan como excelente combustible y sus amplias ramas y hojas dan la sombra necesaria para hacer habitable la aridez del desierto.
Al algarrobo lo acompañan el sapote, segundo en presencia, de menor amplitud pero de grandes virtudes, el faique, el paloverde, arbustos como el vichayo y el cuncuno, además de lomas de cactus. Cada cierto tiempo – aproximadamente una década – aparece El Niño y eso provoca que ocurran lluvias intensas. Como resultado emergen especies herbáceas que componen ricas y efímeras praderas, germinan las semillas de los árboles muchas veces enriquecidas por el abono de los animales luego de consumir los frutos, y todo el bosque se regenera.

El árbol milenario, un añejo algarrobo centinela del Bosque de Pómac
El bosque de Pomac es el principal refugio de una fauna silvestre que se ha adaptado plenamente a este ecosistema, al punto de ser muchas de las especies endémicas. Es el caso del chiroque, la ardilla nuca blanca y otras amenazadas de extinguirse, como la cortarrama, el halcón, el gato montés, el oso hormiguero, el popular huerequeque y otros que sumados alcanzan a ser cuarentiun especies de aves, siete de mamíferos y nueve de reptiles, reconocidos en la actualidad. Se han marchado con la actividad humana y con la pérdida paulatina de contacto con las zonas altoandinas, antes ligadas a través de un corredor biológico, los venados, los pumas, las pavas aliblanca y el cóndor. Impresionante suma de especies animales que el sentido común habitual no puede imaginar en medio del desierto y que los bosques secos logran abrigar.
Sin embargo, los bosques secos han sido objeto de codicia por la calidad de su madera sobre todo y la utilidad de sus hojas y frutos. Mientras que el hombre prehispánico tenía mucho cuidado en el uso de lo que era vital para su sobrevivencia, la llegada de otras visiones del mundo con la conquista y más aceleradamente la búsqueda de combustible en tiempos recientes y hasta el día de hoy, trajeron la devastación de grandes extensiones que fueron utilizadas para leña y carbón de las poblaciones rurales y de las ciudades que iban apareciendo en la costa.
Estos ecosistemas áridos y de lluvias escasas, donde las plantas están sometidas a estrés hídrico casi permanentemente, tienen escasas precipitaciones y una temperatura ambiental de 27° C, como promedio. La rica flora y fauna allí establecida y desarrollada se ha adaptado en sana convivencia con el componente humano que sabe establecer una relación armoniosa con el conjunto, generando una interdependencia de mutuo provecho. Así, son decenas de miles las familias campesinas que tienen como fuente de sustento a los bosques secos y viven al abrigo de estos ecosistemas. De su existencia – y esto lo intuía el hombre prehispánico – depende la regulación del ciclo hídrico de las cuencas costeñas, el control de la erosión y la lucha contra la desertización y el mantenimiento de la calidad del agua.

El bosque de Pómac es hogar de cientos de aves algunas de ellas endémicas de la región


miércoles, 8 de marzo de 2017

La máscara del cangrejo fantasma

Por: Arqueólogo Wilo Vargas Morales

En las últimas décadas la historia del Perú, se ha enriquecido con los resultados de la eficiente labor de  proyectos arqueológicos  que constantemente nos sorprenden con sus descubrimientos. Los arqueólogos interpretan  el material cultural para poder explicar el uso y función de los objetos, recintos o templos, siendo estas interpretaciones las que aportan un mejor entendimiento del legado histórico de los antepasados.



El hombre andino siempre estuvo ligado a la observación de los fenómenos naturales, y a través de ésta podía reconocer su entorno, y al reconocerlo, entenderlo  y luego buscar en ellos sus atributos o poderes inherentes. Los sabios o dirigentes fueron desarrollando una estructura social que se hizo compleja cuando el pensamiento colectivo los fue transformando en dioses o deidades, e iban descubriendo herramientas para poder interactuar con estas fuerzas. Así, aparece la magia con el rito y las sociedades iban creciendo e interactuando entre ellas: intercambiaban alimentos, objetos y también ideologías; las cuales fueron expresadas en imágenes o símbolos  convencionales plasmados en objetos de diversos materiales, permitiendo de esa forma que sus ideas se perennicen en el grupo.
La cultura Lambayeque o Sicán se desarrolló en el valle medio del río la Leche - Provincia de  Ferreñafe, destacó en arquitectura y dominaron la orfebrería. Es en esta actividad  que sobresale una representación muy particular, nos referimos a las conocidas “Máscaras Funerarias de Ojos Almendrados” las cuales siempre acompañan a los difuntos de alto rango o de importancia. Estas máscaras son hechas en láminas de oro pintadas de rojo, con grandes ojos  almendrados  y algunas piezas presentan extensiones a manera de pedúnculos oculares hechos en cuentas de cuarzo o esmeraldas,  ensartadas en delgados tubos o alambres. Tiene nariz y boca pequeña, lleva narigueras y flecos nasales, presenta además orejeras circulares.

(Foto máscara Sicán, museo de Sicán – Lambayeque)
Para explicar la posible funcionalidad de esta máscara, se  plantea una hipótesis que tiene como principal evidencia las comparaciones analógicas entre la estilización de la máscara y los diseños naturales de un crustáceo, llamado  el “cangrejo fantasma” (Ocypode gaudichaudii)  conocido con ese nombre por su capacidad de aparecer y desaparecer dentro de sus agujeros que cavan profundamente en las zonas secas de la playa, pudiendo movilizarse en la oscuridad sin ningún problema. También se les conoce como “carreteros” o “cangrejos corredores”, se alimentan de los  desechos arrojados por el mar incluidos cadáveres, en donde se concentran masivamente para alimentarse en especial  durante la noche ya que son  más activos.

Sus características más saltantes son: un caparazón liso aplanado de color rojo o anaranjado con manchas blancas, rostro separado del capuchón y ligeramente inclinado hacia adelante, presentan dos tenazas y ocho patas ambulatorias, destacan sus concavidades almendradas donde sus órbitas oculares son semitransparentes y expuestas, lo que les da una excelente visión de 360°. Si realizamos una comparación física entre la máscara Lambayeque y el cangrejo fantasma observamos que: ambos tienen pedúnculos oculares transparentes   que salen de unas cavidades de forma almendrada, tienen coloración rojiza con dos líneas verticales superiores , presentan surcos verticales curvados como surcos nasolabiales y flecos colgantes por debajo de lo que podría corresponder a una forma nasal.

Ocypode gaudichaudii , conocido como carretero o cangrejo fantasma 
Las comparaciones físicas con la máscara bien podrían quedar solamente en una curiosa coincidencia,  sin embargo, encontramos otros elementos de juicio a tener en consideración y que se relacionan con la parte mágica y funcional de lo que serían los rituales funerarios asociados a la máscara Lambayeque.
Para analizar estas prácticas funerarias es necesario considerar la percepción de la muerte desde una perspectiva de  la cosmovisión andina. Según los cronistas españoles (s. XVI) e investigaciones  etnológicas, la muerte era concebida como un viaje a otra dimensión de la vida, era descender al inframundo y se entendía como un lugar misterioso, peligroso y de una eterna oscuridad, compuesto por una multitud de caminos donde el difunto divagaba y fácilmente podía perderse, para lo cual era necesario proveerle de todo lo que un ser humano necesitaría para una larga travesía. Era importante por ello que llevase suficiente alimento, bebidas, ropa, acompañantes, animales y otros objetos útiles, todo esto de acuerdo a la investidura e importancia del difunto. Cabe destacar además que muchas veces en la parafernalia funeraria, se incorporaba elementos simbólicos que podrían proteger o auxiliar al individuo como podría ser el caso de las máscaras funerarias.


La máscara en un contexto ritual tiene la capacidad de comunicación y transformación del individuo que lo usa, y a diferencia del teatro, es concebido como real. Por lo tanto, si un personaje usa una máscara de cóndor, él será el mismo cóndor encarnado y no solamente su  representación, se trata de una transformación mimética  donde se asume la identidad del personaje y por lo tanto se incorporan al individuo las cualidades y facultades propias del ser representado, además de protegerlo y ocultarlo. Considerando este análisis podríamos tener una mayor aproximación y justificación al uso de la máscara del “cangrejo fantasma” en los rituales Lambayeque, puesto que, el crustáceo se asocia a la muerte y es muy posible que cuando colocaban esta máscara al difunto, este adquiría las facultades del crustáceo lo que le permita movilizarse en la oscuridad sin problema, siendo  lo más saltante el  poder ingresar protegido al inframundo donde aparentemente también sería su ambiente natural. Este crustáceo era visto por los antiguos como un ser asociado a la muerte debido a su actividad carroñera y nocturna, además que naturalmente tenía el color simbólico rojo para poder viajar por el inframundo, color que coincidentemente podía también estar asociado al momento que el sol en el ocaso (muerte del sol) se aprecia rojizo  desapareciendo y que en una aparente perspectiva de su época, estaría iniciando su viaje por el inframundo para renacer al día siguiente en una nueva vida.

 (Representación  entierro Sicán - Museo de Sicán)
Finalmente, es preciso mencionar una  evidencia arqueológica registrada en una tumba Sicán ( Shimada 1978), donde se observa un personaje que lleva la máscara del cangrejo fantasma y cuya posición del cuerpo es poco convencional, pues está de cabeza como ingresando a la tumba y a pocos centímetros en la parte baja fueron colocados dos manos con antebrazos hechos en láminas de oro pero su escala es mayor y desproporcionada para ser usada como accesorio, y es que  su aparente función fue claramente simbólica. Acaso estarían representadas las tenazas del cangrejo fantasma?


lunes, 6 de febrero de 2017

La muerte del Sol - Lambayeque Sicán

Por: Arqueólogo Wilo Vargas Morales

¿NAYLAMP?
En el siglo XVII se iniciaron en el virreinato del Perú las campañas de extirpación de idolatrías con la intención de lograr un mayor avance en la empresa evangelizadora de las colonias hispanas. Durante estas cruzadas miles de personas fueron torturadas y condenadas. Gran cantidad de momias, parafernalia y representaciones andinas (llamados “ídolos” por los extirpadores) fueron destruidas e incineradas. En el año 1610 el sacerdote cuzqueño Francisco de Ávila fue nombrado el primer juez extirpador de idolatrías por el arzobispado de Lima, y para tener una idea de la magnitud de su obra, Ávila precisó que en sus primeros años de servicio destruyó más de 18,000 ídolos móviles y 2,000 ídolos fijos. Se debe destacar que no existió contemplación para cualquier pensamiento diferente al cristiano, todas las imágenes o representaciones de la naturaleza hecha por el hombre andino fueron consideradas ídolos o dioses satánicos, y por lo tanto, su destrucción estaba justificada. Definitivamente fueron tiempos en que la construcción del sistema eclesiástico colonial fue tortuoso.




Estos acontecimientos quedaron registrados en la historia del Perú, mas hoy  podría decirse que hay intenciones serias por analizar y estudiar al prodigio andino; sin embargo, aún falta superar la ligereza de seguir aumentando el panteón andino. Existe abundante literatura en la que se menciona al búho,  pulpo, cóndor, felino, lagarto, araña y otros animales como dioses,  es decir que a muchas imágenes de la naturaleza, representada por el hombre andino, se le etiquetó como un dios o deidad. Convencionalmente es aceptado que a una imagen prehispánica se le dé dicha categoría, pues el inconsciente colectivo está predispuesto a no refutarlo y esto sucede quizás como resultado de la herencia cultural de la época de extirpación de idolatrías. Esto merece preguntarse: ¿Será lo correcto?  ¿Existieron tantos dioses prehispánicos? Podemos responder categóricamente que es falso. No existieron tantos dioses como las miles de imágenes representadas en la iconografía andina. No debemos subestimar a las sociedades prehispánicas y etiquetarlas como grupos con sistemas de creencias tan básicas y de pensamientos totalmente politeístas.


El cuchillo de Illimo, más conocido como el “Tumi de Oro” de la cultura Lambayeque, todavía se le conoce como la representación de una deidad o a un dios de suma importancia, tan es así que para algunos investigadores este cuchillo representaría al personaje mítico de Naylamp, al dios del agua o al ave mítica prehispánica. Lo abundante en términos de representación clásica, estilizada en los ojos rasgados (alados y/o almendrados) como tema central en máscaras, pinturas murales, textiles o cerámicas hacen de este icono una supuesta deidad de mucha importancia.
El principal y único argumento que sustenta que el Tumi o cuchillo de Illimo representa a Naylamp es justamente el conocido mito de Naylamp, que para algunos estudiosos es una leyenda y para otros es una  narración.  Fue registrada por  dos párrocos dominicos: Don Miguel Cabello de Balboa en 1586,  que es la más extensa y el otro en 1782 por Modesto Rubiños y Andrade. La narrativa se  resume  en la llegada, vía marítima, de un personaje foráneo  con su séquito al área de Lambayeque donde se establece y forma una nueva dinastía (lo que no se ha podido corroborar arqueológicamente). Al morir el personaje, se miente a sus seguidores diciendo que le crecieron alas y que desapareció (algunos autores agregan lo suyo a la narración y dicen que Naylamp se fue volando al cielo). La narrativa continúa mencionando a doce descendientes y la tentación del demonio  en forma de mujer hacia un principal, con  quien  copula y sufre el castigo divino cuando le llega un diluvio de 30 días. Si analizamos esta narración fácilmente podríamos notar su contaminación con elementos judeo cristianos, con lo cual no intentamos desmerecer  dicho relato, simplemente es oportuno que el lector tenga una visión más  objetiva y crítica del  mito o narración de Naylamp.
Asociar un personaje mítico a una evidencia arqueológica no es tarea fácil y más aun considerando que los mitos desasocian la realidad de los hechos históricos, e indudablemente se distorsiona la interpretación objetiva del material cultural. Sin embargo algunos investigadores aplicando el método comparativo han encontrado elementos  que asociarían el mito de Naylamp con el Tumi o cuchillo de Illimo y toman como  principal argumento, la estilización de los ojos (en forma de alas de ave),  y como  Rubiños Andrade registró que  el nombre Namla significaría “ave o gallina de agua” pareciera existir cierta relación lógica; además, el Tumi tiene la nariz ligeramente aguileña y cuenta con  dos supuestas alas laterales , que si se observan diligentemente a estas protuberancias trapezoidales, no tiene el logro estilístico que si tienen las verdaderas alas representadas en la iconografía y que cuentan con plumas. Si el artista lambayecano obvió ponerle plumas es porque no hubo la intensión o premeditación de interpretar alas.




Para lograr interpretar objetivamente a este icono (Tumi) se le tiene que  observar como a una estructura filosófica andina (Pacha Yachay), que consta de elementos que se relacionan e interactúan entre ellos. Tal es así que si los separamos y los analizamos individualmente, notaremos que existe una coherencia y justificación del por qué el artista hizo una selección y estilización de cada  elemento. El conjunto o la estructura de todos estos elementos conllevarían a conceptos filosóficos de la vida y la muerte, que son opuestos complementarios y que se unen por el peculiar viaje en las oscuridades del inframundo. Se  trata de una concepción filosófica propia y bastante elaborada, como  resultado de un largo proceso evolutivo del pensamiento andino que se fue cualificando desde épocas formativas. En la cosmovisión andina, se considera que el  hombre, la tierra, los espíritus y todos los fenómenos naturales  son una unidad o un  “todo” que se relacionan perpetuamente, manteniendo una simbiosis y un equilibrio, al igual que un ser vivo.


Según la reflexión propuesta, El Tumi representa un paisaje  marino, donde el Sol cumple un rol  protagónico al representársele en el momento que ingresa al inframundo llegado el ocaso (considerando que el mar es la puerta mayor al mundo subterráneo). La forma antropomorfa es la representación del hombre que imita o sigue al sol en ese mágico  descenso. El personaje    requiere de todo lo indispensable   para su desplazamiento y se viste con atributos sobrenaturales que le permitirán un mejor desenvolvimiento en ese viaje: una máscara que le dará la facultad de poder ver en la oscuridad, aretes con imágenes de aves marinas con capacidad de ingresar al mar y posiblemente, lo que se ha interpretado como alas no sería sino un par de aletas para movilizarse en las extensas áreas acuosas del inframundo. Para el artista Lambayeque la justificación de  colocar un cuchillo como base, probablemente sea  por la cualidad de este instrumento de poder penetrar en un cuerpo, y es que el hombre al morir simbólicamente estaría introduciéndose  en el cuerpo de la tierra o pachamama.


MITO DE NAIMLAP
“...Dicen los naturales de Lanbayeque (y con ellos conforman los demás pueblos a este valle comarcanos) que en tiempos muy antiguos que no saben numerarlos vino de la parte suprema de este Piru con gran flota de Balsas un padre de Compañas, hombre de mucho valor y calidad llamado Naimlap y consigo traia muchas concubinas, mas la mujer principal dicese auerse llamado Ceterni trujo en su compañía muchas gentes que ansi como á capitan y caudillo lo venian siguiendo, mas lo que entre ellos tenia mas valor eran sus oficiales que fueron quarenta, ansi como Pita Zofi que era su trompetero ó Tañedor de unos grandes caracoles, que entre los Yndios estiman en mucho, otro Ñinacola que era el que tenía cuidado de sus andas y Silla, y otro Ñinagintue a cuio cargo estaua la vevida de aquel Señor a manera de Botiller, otro llamado Fonga sigde que tenía cargo de derramar polvo de conchas marinas en la tierra que su Señor auia de Pisar, otro Occhocalo era su Cocinero, otro tenia cuidado de las unciones, y color con que el Señor adornava su rostro, a este llamauan Xam muchec tenía cargo de bañar Ál Señor Ollop-copoc, labrava camisetas y ropa de pluma, otro principal y muy estimado de su Principe llamado Llapchiluli, y con esta gente (y otos infinitos oficiales y hombres de cuenta) traia adornada, y auturizada su persona y casa.
Este señor Naymlap con todo su repuesto vino á aportar y tomar tierra á la boca de un Rio (aora llamado Faquisllanga) y auiendo alli desamparado sus balsas se entraron la tierra adentro deseosos de hacer asiento en ella, y auiendo andado espacio de media legua fabricaron unos Palacios á su modo, a quien llamaron Chot, y en esta casa y palacios convocaron con devocion barbara un Ydolo que consigo traian contra hecho en el rostro de su mismo caudillo, este era labrado en una piedra verde, a quien llamaron Yampallec (que quiere decir figura y estatua de Naymlap). Auiendo vivido muchos años en paz y quietud esta gente y auiendo su Señor, y caudillo tenido muchos hijos, le vino el tiempo de su muerte, y porque no entendiessen sus vassallos que tenia la muerte jurisdicción sobre el, lo sepultaron escondidamente en el mismo aposento donde auia vivido, y publicaron por toda la tierra, que el (por su misma virtud) auia tomado alas, y se auia desaparecido. Fue tanto lo que sintieron su ausencia aquellos que en su venida lo auian seguido que aunque tenian ya gran copia de hijos, y nietos, y estauan muy apasionados en la nueva y fertil tierra lo desampararon todo, y despulsados, y sin tiento ni guia salieron a buscarlo por todas partes, y ansi no quedo por entonces en la tierra mas de los nacidos en ella, que no era poca cantidad porque los demás se derramaron sin orden en busca de el que creian auer desparecido…”
 Quedo con el Ymperio y mando de el muerto Naymlap, su hijo mayor Cium el qual casó con una moza llamada Zolzoloñi: y en esta y en otras concubinas tubo doce hijos varones que cada uno fue padre de una copiosa familia, y auiendo vivido y señoreado muchos años este Cium, se metió en una bobeda soterriza, y alli se dejo morir (y todo a fin  de que a su posteridad tuviessen por inmortal y diuina). Por su fin y muerte de este governo Escuñain a este heredero Mascuy, a este subcedio Cuntipallec y tras este governo Allascunti, y a este subcedio Nofan nech á este subcedio Mulumuslan tras este tuvo el mando Llamecoll á este subcedio Lanipat = cum, y tras este señoreo Acunta. Sucediole en el Señorio Fempellec, este fue el ulltimo y mas desdichado de esta generacion porque puso su pensamiento en mudar á otra parte aquella Guaca ó Ydolo que dejamos dicho auer puesto Naymlap en el asiento de Choc, y andando provando este intento no pudo salir con el, y a desora se le aparecio el Demonio en forma y figura de una hermosa muger, y tanta fue la falacia de el Demonio, y tan poca la continencia de el Femllep, que durmio con ella segun se dice, y que acabado de perpetuar ayuntamiento tan nefando comenzo a llover (cosa que jamas auian visto en estos llanos) y duro este diluvio treinta días á los quales subcedio un año de mucha esterilidad, y hambre: pues como á los Sacerdotes de sus Ydolos (y demás principales) les fuesse notorio el grave delito cometido por su Señor entendieron ser pena correspondiente á su culpa la que su Pueblo padecia, con hambres pluvias, y necesidades: y por tomar de el venganzas (olvidados de la fidelidad de vasallos) lo prendieron y atadas las manos, y pies, lo echaron en el profundo de el mar, y con el se acabo a linea y descendencia de los Señores, naturales del Valle de Lambayeque ansi llamado por aquella Guaca (o Ydolo) que Naymlap trujo consigo a quien llamauan Yampallec…”
                                                                                                  (Versión original de Miguel Cabello de Balboa 1586: 927 - 530)

lunes, 4 de julio de 2016

Diferencias sociales en la cultura sicán

La cultura sicán, conocida también como cultura lambayeque por la región que alguna vez habitaron, fue una de las muchas culturas que existieron en Perú antes de la llegada de los incas. Los sicán habitaron la costa norte de lo que hoy en día es Perú entre los años 750 y 1375 d.C. Al igual que muchas otras civilizaciones, las diferencias sociales y la jerarquía estaban presentes en la sociedad sicán. Estas divisiones se ven reflejadas en las prácticas funerarias de los sicán, quienes no solo incluían el ajuar funerario sino a veces también sacrificios.


Origen de los sicán
El origen de los sicán no es muy claro y algunos creen que son descendientes de la cultura moche. Según la leyenda, el fundador de la civilización sicán fue un hombre llamado Naymlap. Supuestamente, Naymlap vino del sur con una flotilla da balsas, un séquito de guerreros y un ídolo de piedra en forma de mujer de color verde. Ellos conquistaron varios valles de la región y Naymlap comenzó a construir templos y palacios cerca del mar en el Valle de Lambayeque. Se dice que doce generaciones de líderes gobernaron la cultura sicán, el último de ellos se llamó Fempellec. Según la leyenda, Fempellec fue tentado a mover el ídolo y esto provocó que hubiese un mes de lluvias intensas e inundaciones que acabaron con los sicán.

Los sepelios de los "plebeyos"
La cultura sicán se dividió en tres grandes periodos, sin embargo, la mayor parte de evidencia arqueológica concerniente a las prácticas funerarias de esta civilización hacen parte del periodo Sicán medio. Se observó que durante este periodo los plebeyos eran enterrados en fosas sencillas y poco profundas en lugares residenciales o en sitios de producción artesanal. Se reportó también que las fosas no medían más de 2 metros (6.5 pies) cuadrados. Se ha dicho que estos sepelios plebeyos no están registrados ni analizados adecuadamente, y se encuentran marginados en términos de documentación, conservación y análisis.


Prácticas funerarias de las élites
Las prácticas funerarias de las élites recibían una atención mucho mayor. Es a través de estos sepelios de la élite que los arqueólogos han podido identificar cambios de la previa cultura moche. Por ejemplo, en los primeros sepelios de los moche, comunmente se encontraban recámaras o ataúdes de caña, tronco o adobe.  Por otro lado, la evidencia arqueológica muestra que esta práctica fue abandonada durante el periodo Sicán medio. Adicionalmente, los moches sepultaban a sus muertos en posición acostada, mientras que los sicán los enterraban en posición sentada. Esto puede ser un indicio de que hubo un cambio en la manera en que se concebía la vida después de la muerte.
Los sepelios de la élite solían estar cargados con ajuar funerario, una razón más de la atención que se les daba. En la Tumba Este de Huaca del Loro por ejemplo, se descubrieron alrededor de 1.2 toneladas de ajuar funerario. La mayoría de estos objetos (más de 2/3 del peso total) estaban hechos de cobre arsenical, tumbaga, o aleación de oro de muchos quilates. Se ha señalado que el cobre arsenical era accesible tanto para las élites como para los plebeyos. Por tanto, la cantidad de este metal en el sepelio es un indicador del estatus social de esa persona.


Ajuar funerario precioso
Los objetos hallados entre el ajuar funerario de la élite en Huaca del Loro incluyen implementos de cobre arsenical fundido, ornamentos y parafernalia ritual de oro, oro-plata y tumbaga, como también dos montones de conchas Spondylus princeps y Conus fergusoni. Sin embargo, uno de los objetos más famosos de este lugar es la magnífica máscara dorada y los tocados. Esta máscara pertenecía a un hombre en posición sentado de unos 40 a 50 años de edad que estaba sepultado en una tumba de 9 metros cuadrados (29.5 pies) dentro de un pozo de 11 metros (36 pies). La máscara estaba pintada de rojo, tenía orejeras y una cabeza de murciélago dorada tridimensional en la frente. Los tocados tenían plumas de oro y 15 discos dorados suspendidos.

Sacrificios humanos
Otro aspecto de las prácticas funerarias de los sicán que ha llamado la atención últimamente, es el sacrificio humano. En Huaca del Loro por ejemplo, hay 24 sepelios de mujeres en edades entre 18 y 25 años. Se ha sugerido que estas mujeres fueron sacrificadas para acompañar a los hombres de la élite en la otra vida. De todas maneras, no todos están de acuerdo con esta interpretación, y factores como las diferencias de forma en los sepelios son usados para refutar dicha versión.


Otro ejemplo de sacrificios humanos en las tumbas sicán puede encontrarse en el lugar de Huaca Las Ventanas. A diferencia de Huaca del Loro, la mayoría de los cuerpos allí eran de hombres adultos. Otra diferencia entre Huaca del Loro y Huaca Las Ventanas es que los cuerpos de las mujeres en Huaca del Loro estaban ubicados cuidadosamente alrededor del sepelio de la élite, pero los de Huaca Las Ventanas no poseen patrón alguno de acomodación. De manera interesante, se sugirió que los cuerpos sepultados en Huaca Las Ventanas pertenecían a voluntarios que se comprometieron en un ritual que creaba vida a través de la celebración de la muerte. Las fosas de la cultura sicán permiten una mayor comprensión sobre las diferentes prácticas y el estatus social en el norte de Perú entre los años 750 y 1375 d.C.


Fuentes
Cartwright, M., 2015. Lambayeque Civilization. [Online]
Disponible en: http://www.ancient.eu/Lambayeque_Civilization/
Emery, K. M., 2012. Mass Sacrifice in Peru. [Online]
Disponible en: https://bonesdontlie.wordpress.com/2012/01/03/mass-sacrifice-in-peru/
Roach, J., 2011. Mysterious Mass Sacrifice Found Near Ancient Peru Pyramid. [Online]
Disponible en: http://news.nationalgeographic.com/news/2011/12/111228-mass-sacrifice-beer-headless-sican-pyramid-tomb-ancient-science/
Shimada, I., 2000. The Sican Culture. In: L. L. Minelli, ed. The Inca World: The Development of Pre-Columbian Peru, A.D. 1000-1534. Norman: University of Oklahoma Press, pp. 51-63.
Shimada, I. et al., 2004. An Integrated Analysis of Pre‐Hispanic Mortuary Practices: A Middle Sicán Case Study. Current Anthropology, 45(3), pp. 369-402.
www.anywhereperu.com, 2015. Archaeology in Peru. [Online]
Disponible en: http://www.anywhereperu.com/travel-guide/archeology-in-peru
www.roughguides.com, 2015. The Sican Culture. [Online]
Disponible en: http://www.roughguides.com/destinations/south-america/peru/trujillo-and-the-north/the-northern-desert/the-sican-culture/

jueves, 5 de febrero de 2015

CULTURA SICÁN - LAMBAYEQUE (750-1350 dc)

UBICACIÓN:
La cultura Lambayeque o Sicán se desarrolló sobre la cuenca del río Lambayeque (antiguamente rió Faquisllanga o río collique), en el área de los poblados de Cinto, Tucume y Jayanca, dejando sentir su influencia, además, hasta la zona de Cajamarca , Piura y el valle de Moche, entablando por consiguiente, relación con la cultura mochica .
Cronológicamente se ubica dentro del Intermedio Tardío, periodo de desarrollos regionales o de diversificación cultural.
Fue Rafael Larco Hoyle el primero en usar clara y categóricamente la frase "Cultura Lambayeque" (1948), en su "Cronología Arqueológica del Norte del Perú", puntualizando a la vez los elementos diagnósticos que en su criterio distinguían y aislaban con nombre propio la cerámica clásica de la región aludida.
Para Seichi Izumi Shimada (1992) el nombre que debe llevar este conjunto de elementos culturales, es la de Sicán, debido a un antiguo documento (Archivo general de los indios, Sevilla); menciona que en el año 1536 ésta área fue denominada como "Sicani o Cani".

Mapa de ubicación geográfica de Lambayeque

ORIGEN MÍTICO
Los orígenes de esta cultura están relacionados con la leyenda de Nailamp, Naimlap o Ñañlap, al que se le representa como un Dios ornitomorfo (figura de Ave), ya que la raíz “ñain” significa ave.
Según la leyenda, este monarca arribó en una armada de balsas a la costa de Lambayeque acompañado de una numerosa corte.
Desembarcó en el rió Lambayeque y "penetrando en la tierra con sus hombres, levanto unos palacios - que muchos identifican con la Huaca Chotuna- que llamaron Chot sus descendientes, entronizando allí el héroe civilizador el culto al ídolo Yampallec, del que derivó el nombre de Lambayeque.
Murió Naylamp después de muchos años de reinado (tiempo en el que cuentan le nacieron alas, atributos de ave con los que iba a ser representado en lo sucesivo), pero sus fieles servidores, para evitar que el vulgo lo creyera mortal, enterraron su cadáver en la habitación donde dormía echando luego fama de que había volado al cielo. La línea sucesora quedó, sin embargo, en Cium - el primogénito de Nailamp - al que sucedieron Escuñain, Mascuy, Cuntipallec, Allascunti, Nofannech, Mulumuslan, Llameco, Lanipat - Cum, Acunta y Fampellec, monarcas todos de Lambayeque y el último asesinado por sus súbditos quienes lo arrojaron al mar debido a sus muchos vicios y alianzas con el demonio". (J. Del Busto D.- Perú Preincaico).

Representación de Naylamp
Representación de la llegada de Naylamp a la costa peruana
PERIODOS
En lengua muchik Sican significa "casa de la luna" o Lambayeque. El arqueólogo Isumi Shimada, divide a la cultura Sicán en tres épocas.

1. SICÁN TEMPRANO. (750 – 900 años d.c), se caracteriza por la influencia Wari. Su centro de poder fue Batán Grande (adobe y piedra).
2. SICÁN MEDIO. (900-1100 años d.c), época de apogeo y notable desarrollo cultural. En religión sobresale el Señor de Sicán, que está representado en el Tumi de oro.
3. SICÁN TARDÍO. (1100-1300 años d.c), se caracteriza por la existencia de lluvias torrenciales, se fundó un nuevo centro político conocido como Túcume, pero hacia los años de 1300 fueron conquistados por los Chimú.

ORGANIZACIÓN POLÍTICO - SOCIAL
Fue una sociedad esclavista, clasista con un estado y gobierno teocrático - militarista.
El carácter político de Lambayeque fue el de un estado teocrático con una estructura social altamente estratificada compuesta por una élite basada en lazos familiares con un origen divino, un cuerpo de administradores, un grupo de artesanos y agricultores. Si bien existía cierta independencia entre estos grupos, la cohesión la daba una serie de alianzas rituales y de parentesco, que era la base de la estructura de poder.
Una de las pruebas del poder y complejidad de la sociedad Lambayeque son las magníficas tumbas reales, donde se han encontrado abundante spondylus y oro. Otro elemento son los complejos arquitectónicos tronco-piramidales con rampas de acceso y murales pintados con motivos de aves y escenas marinas en relieve.


ORGANIZACIÓN ECONÓMICA
La base del sustento de Sicán - Lambayeque fue la agricultura, con canales de regadío que forman parte del gran sistema de irrigación de toda la costa peruana. Es una agricultura extensiva, con grandes campos de cultivo. También fueron un pueblo navegante, lo cual no sólo les permitió el desarrollo de la pesca, sino el contactarse con amplios sectores a lo largo de la costa. Son destacables sus tapices de algodón y lana de camélido. Sus decoraciones son de acentuado colorido y su iconografía es muy detallada, sirviendo como medio para transmitir la ideología de la clase dirigente.
La economía de lambayeque estaba basada en la agricultura intensiva de maíz y algodón por irrigación. Durante su desarrollo en batan grande es que se desarrolló un avanzado sistema de canales que articuló los valles de reque, chancay, lambayeque y la leche. Los principales canales eran tres, el raca rumi que unía los ríos chancay con la leche; el taymi antiguo, que irrigaba la zona norte y sur del valle de la leche; y el canal de collique, que irrigaba el valle de zaña.

EXPRESIONES CULTURALES

A.- ARQUITECTURA
Los Lambayeque construyeron grandes complejos monumentales en donde residían los reyes-sacerdotes, se dirigía el culto religioso y se administraba la economía. Por el tamaño y la inexistencia de barrios populares, algunos estudiosos prefieren considerarlos centros ceremoniales y no ciudades (el pueblo vivía en su inmediaciones y sólo ingresaba para pagar tributos u ofrendar a los dioses).
Eran complejos llenos de pirámides, hechas de ladrillos de adobe, todas truncas (sin vértice ni punta, igual que las mochicas).
Naylamp y su séquito trajeron conocimientos arquitectónicos que los plasmaron en la Huaca Chotuna a 6 km de Lambayeque en donde el monumento principal (piramidal) es de 15 m de altura de adobe, tiene decoraciones semejantes a la Huaca del Dragón.
Los principales son los siguientes:

HUACA DE TÚCUME
Se le considera la capital de Lambayeque durante la etapa de Sicán Medio. Está integrado por 17 pirámides, superiores a los 30 m. de altura, entre las cuales destaca: "Huaca Loro", "Huaca las ventanas", "Huaca La Merced", etc.
No sólo sirvió de lugar de culto religioso, adonde afluyeron miles de peregrinos por su prestigio como centro ceremonial, sino también de importante centro administrativo, que permitió a los reyes-sacerdotes afianzar su poder.

EL APURLEC
Este complejo es considerado uno de los más grandes del antiguo Perú y el que más puede aproximarse a la categoría de ciudad.
Es notable por sus pirámides, depósitos y extensas calles, así como por sus canales y campos de cultivo en áreas anexas, lo cual indica que fue un importante centro de producción y distribución agrícola (más que ceremonial, como lo fueron los dos anteriores).

Huaca las balsas de Túcume
B.- CERÁMICA
Utilizaron dos técnicas de manufactura asociadas a vasijas de características y funciones distintas. Las vasijas utilitarias (cántaros y ollas) fueron elaboradas con la técnica del paleteado, mediante el uso de paleta y yunque. El paleteado no solo formaba y reforzaba las paredes de la vasija, sino también decoraba su exterior con diseños figurativos y abstractos.
Por su parte, las vasijas finas (botellas de gollete simple y de doble pico) fueron elaboradas y decoradas mediante el uso de moldes. Estas vasijas fueron cocidas en hornos de forma ovalada, semi-cerrados, a una temperatura que variaba entre los 700 - 900 ºC.
Izumi Shimada en 1985 caracterizó cronológicamente a esta cerámica en 3 períodos:

El Sicán antiguo (750 - 900) caracterizado por la fuerte influencia de estilos foráneos como Cajamarca Medio y Wari/Pachacamac. Constituye una fase de transición entre el fin del Moche o el surgimiento de Sicán.
El Sicán medio (900 - 1100) época que decae Wari, la cerámica de este período con el símbolo del señor Sicán, se ha encontrado desde Ancón y Pachacamac hasta la Isla de la Plata cerca a Guayaquil.
El Sicán tardío (1100 - 1375) la cerámica presenta un bruñido perfecto, negro oscuro y negro manchado. Expresiones de ambos estilos se debían a que la mayoría de la cerámica de Lambayeque es negra como la Chimú (la zona fue conquistada y anexada a la cultura Chimú).




C.- METALURGIA
Los Lambayeque desarrollaron finamente la metalurgia. Son ellos, por su trabajo y motivos, los mejores exponentes de todas las culturas prehispánicas en este campo. Trabajaron el cobre, la plata y el oro con técnicas como el vaciado, laminado, martillado, repujado, cincelado y grabado; realizan soldaduras y aleaciones; además de ponerles aplicaciones de hueso y piedra.
La Cultura Sicán inició la era de Bronce del norte peruano con la producción de gran escala de cobre arsénico - aleación de cobre con arsénico- con avanzadas técnicas de fundición para la época. Luego esos metales pasaron a manos de los expertos orfebres para convertirlos en los delicados e impresionantes ornamentos de oro y piedras preciosas halladas en las tumbas excavadas en Batan grande.
La técnica de fundición tenía como combustible el carbón de algarrobo abundante en la zona. Los hornos alcanzaron temperaturas entre 1000 a 1100 grados centígrados, cuya fuerza para alcanzarla era proporcionada por la capacidad pulmonar de varios hombres que invertían de dos a tres horas soplando al mismo tiempo a través de tubos de caña. Los Sican concibieron el trabajo de fundición como una actividad mágico religiosa, pues la construcción de hornos fue precedida por complicados rituales en los que se ofrendaban fetos de llamas.
Se distinguió por la escala sin precedentes en la producción y uso de los metales preciosos. Los conocidos cuchillos ceremoniales (tumis) y las máscaras de oro, son objetos Sicán saqueados de tumbas de élite. Lo que de manera tradicional es descrito como oro o aleación de oro, son aleaciones oro-plata-cobre que varían desde uno hasta 21 quilates. Las aleaciones de menos de 10 quilates, son denominadas Tumbaga.


Orejeras de Sicán -Lambayeque




Máscara funeraría de Sicán- Lambayeque
Pechera hecha de oro
D.- PRÁCTICAS FUNERARÍAS
Las Tumbas Contenía dos individuos femeninos adultos, dos juveniles, y cerca de 1.2 toneladas de diversos bienes funerarios colocados alrededor del cuerpo invertido de un personaje masculino adulto, completamente ataviado, colocado en el centro de la cámara funeraria. El personaje principal usaba una gran máscara de oro de 14 quilates, con sus ojos hechos con ámbar y cuentas de esmeraldas. Una caja contenía unos 60 ornamentos y parafernalia ritual (coronas, vinchas, sonajas) de oro de alto quilate, oro-plata y tumbaga. También presentaba un amontonamiento de conchas Spondylus (179 ejemplares) y otro de Conus fergusoni (141 ejemplares). Además, contenía una litera cubierta con láminas doradas y unos 80 kg. de cuentas hechas de amatista, cuarzo, ámbar, turquesa y concha Spondylus. Gran parte de los artículos encontrados en la Tumba Este fueron de naturaleza exótica e importada, evidenciando la presencia de una red de intercambio a larga distancia entre la costa ecuatoriana y la costa norte peruana.
Estos últimos datos, sumados a los resultados del reconocimiento con radar de penetración de suelos, realizado alrededor de Huaca Loro, sugieren que la pirámide fue construida sobre una serie de tumbas de élite colocadas de manera ordenada. En otras palabras, la estructura monumental, y su templo ubicado en la cima, representó una lápida gigantesca utilizada para los rituales relacionados con el culto al ancestro.


Ritual Sicán -Lambayeque
E.- TEXTILERÍA
Los textiles, las escasas muestras que se han podido recuperar nos ilustran sobre el uso del algodón nativo de colores naturales, así como fibra de lana de camélido. Fue notable el conocimiento de una gran variedad de técnicas como el tapiz, telas pintadas, uso de plumas multicolores, etc. El dios Sicán o Naymlap aparece con mucha frecuencia representado en los tapices, así como son notables los rollos de telas pintadas encontradas en las tumbas, que probablemente sirvieron para ser colocadas en paredes de estructuras arquitectónicas asociadas a la elite.
Aún está por hacerse un estudio más exhaustivo del legado textil Sicán o Lambayeque, en cuanta tecnología y rica iconografía religiosa que fuera representada.
Bolsa de estilo Lambayeque


“EL SEÑOR DE SICÁN, EL OTRO HALLAZGO”

Otro hallazgo sensacional realizado en Batán Grande y perteneciente a la cultura Sicán, fue el que tuvo lugar en 1991; lo realizó el arqueólogo japonés Izumi Shimada en la Huaca del Loro. Allí excavó y documentó dos tumbas de élite del período medio de dicha cultura. Los trabajos se realizaron desde fines de junio de 1991 hasta mediados de marzo de 1992 y han sido las primeras tumbas de élite de este período que se han excavado científicamente. Dichas tumbas se ubican dentro de la Reserva Arqueológica y Ecológica Nacional de Poma, Batán Grande, en el valle del río La Leche, en la costa norte del Perú.
Estas tumbas habían sido ubicadas durante un examen sistemático de áreas que fueron saqueadas entre los años 1978 y 1980. Las manchas rojas del cinabrio (pigmento rojo - sulfuro del mercurio) y los fragmentos de láminas doradas que dejaron los huaqueros como desechos sobre la superficie, hicieron suponer que las tumbas cercanas pertenecían a individuos de alto nivel social.
Las evidencias indican el alto desarrollo alcanzado en los campos de la tecnología metalúrgica, agricultura y economía que hizo posible que Sicán sea una cultura singular. Sicán quiere decir "Casa de la Luna" en la antigua lengua Muchick, y era así como se llamaba la zona en la que se desarrolló.
Una de las tumbas estudiadas, pertenecía a un hombre de élite de unos 40 a 50 años de edad. Se le encontró sentado, con las piernas cruzadas y con el cuerpo completamente cubierto por cinabrio, que le habían aplicado seguramente como parte del ritual. El cuerpo estaba de cabeza y ésta había sido forzada a tomar un ángulo de casi 180°. Sobre el cuerpo lucía innumerables cuentas de concha y piedras semipreciosas. Su atuendo incluía además un faldellín de oro, orejeras y una máscara también de oro. El oro tenía, para los hombres de esta época, un valor ritual diferente al que le damos hoy en día. Servía para el adorno y pompa del Señor, quien aparecía ante sus súbditos refulgente como el mismo sol. El Señor fue enterrado con la mayoría de sus pertenencias, incluyendo la litera que lo transportaba.
Lo más destacado es la increíble cantidad de bienes encontrados, mayormente objetos de metal, cuyo peso alcanzó 1.2 toneladas, lo que evidencia claramente la riqueza económica y gran productividad, además del avance tecnológico y organización social de la Cultura Sicán. Las piezas compiten en cantidad y calidad con las del señor de Sipán.
En el año 1994 se llevó a cabo la exposición de estos importantes hallazgos en el Museo de la Nación. Hace escasos meses se ha inaugurado el Museo Sicán en Ferreñafe, Lambayeque, a donde se han trasladado todas las piezas para su exhibición permanente.

EL SEÑOR DE SICÁN
Infografía del cuchillo de Illimo
De visita la museo de Bruning-Lambayeque
Museo arqueológico de Bruning -Lambayeque