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martes, 10 de mayo de 2016

Cronista "Felipe Guamán Poma de Ayala" (1487-1533)

“La nueva crónica y buen gobierno”, de Felipe Guamán Poma de Ayala, no pudo cumplir con los fines para los cuales el autor lo hizo, pero, con el correr del tiempo, se convirtió en el más importante documento gráfico sobre la vida y las costumbres de la época colonial.

Los indios: vasallos de los nuevos dueños del mundo andino
“No era oro ni plata lo que del Perú va a Europa sino sangre y sudor de indios que son los que en este país trabajan”, decía la memoria de un virrey. En su carta al rey, Guamán Poma de Ayala dice: “A solo Vuestra Majestad incumbe el mirar por ellos (los hombres andinos) como su rey y señor natural que es de ellos, y se duela de sus miserias y calamidades, y malos tratamientos y peores pagas que continuamente reciben en general de todo género de gente, tratándolos peor que a esclavos venidos de Guinea, que aun a estos les tratan mejor por costarles el precio que pagan por ello”. “Tirios y troyanos”, pues, reconocían en su tiempo la salvaje explotación de los indios.

Felipe Guamán Poma de Ayala, su hijo Francisco, sus perros, uno de los cuales se
llamaba “Amigo”, y su caballo. Poma de Ayala se identifica como el “autor”.
Los “indios gimieron siempre en la esclavitud más completa”
“Fueran cuales fuesen las mil providencias que, con la humanidad e interés verdaderamente cristianos tan dignos de reconocer, dictaron los monarcas, el hecho es que los desventurados indios gimieron siempre en la esclavitud más completa [...] Los municipios distribuían los turnos, fijaban los salarios, por supuesto, ridículos, para los particulares, y aun para proveer obligariamente a los vecinos de yerba, agua, leña y otros urgentes menesteres diarios [...] Inmensidad de esos infelices, a turno también obligatorio en todas las provincias del Virreinato, que eran extraídos de su hogar y de su tierra, dejando a sus familiares en el más absoluto abandono, para ser ocupados en el servicio comunal de las poblaciones o en el laboreo y explotación de las minas [...]” (G. Leguía y Martínez).

Las subcastas de los indios y sus miserables condiciones
Los indios, durante la colonia, estaban distribuidos en los siguientes
grupos:
1. Indios de las reducciones. Pertenecientes propiamente a la República de Indios. Estaban obligados a pagar los tributos correspondientes y a comprar las mercaderías de los corregidores. También estaban obligados a pagar el “veinteno” a la Iglesia, que era equivalente al cinco por ciento de su producción agrícola.
2. Indios yanaconas. Eran los siervos en las extensas tierras de los españoles. Habían sido entregados a los conquistadores, y a sus descendientes, durante las reparticiones de tierras. Dicho sistema fue implantado por Francisco Pizarro y seguido por los primeros gobernantes de la Colonia.
3. Indios mitayos. Eran los indios reclutados para trabajar en las minas. También había mitayos para trabajar en la reparación o construcción de caminos y puentes, así como en el mantenimiento de los tambos. Los hubo que acudían a las ciudades para participar en la construcción de obras públicas. Otro tipo de mitayos eran los que estaban organizados para el trabajo forzoso en las ricas tierras de españoles y criollos.
4. Indios jornaleros. Eran los trabajadores “libres” que hacían servicios temporales en alguna especialidad. En esa condición estaban, por ejemplo, los picapedreros, albañiles, carpinteros, cerrajeros, etc.

Carátula del libro de Felipe Guamán Poma
Felipe Guamán Poma de Ayala, un noble indio
Guamán Poma de Ayala vivió, posiblemente, entre 1532 y 1614. Tampoco se sabe con exactitud su lugar de origen. Probablemente fue de Ayacucho. Fue curaca, “dueño de tierras, colaborador de funcionarios españoles e intérprete entre indios y españoles”. Guamán Poma de Ayala fue, pues, un indio de la nobleza tahuantinsuyana; un curaca o cacique que había sido despojado de sus derechos durante la colonia y que emprendió la gran tarea de “hacerse respetar”. Es uno de esos casos típicos de reclamo pacífico por el que optaron la gran mayoría de indios ante las autoridades españolas, con la esperanza de ser escuchados incluso por los reyes de España.

Ha pasado a la historia por su crónica
Más se lo conoce por su obra que por su biografía. “Nueva corónica y buen gobierno” (comúnmente conocida como “Nueva crónica y buen gobierno”) fue escrita por Guamán Poma de Ayala entre 1594 y 1614. Está escrita en castellano, con varias interjecciones en quechua y ocasionales frases en aymara. Por eso, solo desde el año 1973 se conoce en su verdadera dimensión la obra de Guamán Poma. Es el cronista indígena más importante de la historia del Perú.

Guamán Poma, el fundamento de su crónica
“El autor don Felipe Guamán Poma de Ayala, digo que el cristiano lector estará maravillado y espantado de leer este libro y crónica y capítulos y dirán que quién me la enseñó, que cómo la puede saber tanto. Pues yo digo que me costado treinta años de trabajo si yo no me engaño, pero a la buena razón veinte años de trabajo y pobreza. Dejando mis casas e hijos y haciendas, y trabajando entrándome al medio de los pobres y sirviendo a Dios y a su Majestad, aprendiendolas lenguas y leer y escribir, sirviendo a los doctores y a los que no saben y a los que saben... Y me he criado en palacio, en casa del buen gobierno y en la audiencia y he servido a los señores virreyes, oidores, presidentes y alcaldes de corte y a los más ilustres en Cristo señoría obispos y a los ilustres comisarios. Y he tratado a los padres, corregidores, comenderos, visitados, sirviendo de lengua y conversando, preguntando a los españoles e indios pobres y a negros pobres. He sido visitador de la santa iglesia y visitador general de indios tributarios y de composición de tierras. Y como pobre con ellos trato y así me descubren sus pobrezas, y los padres de sus soberbias, lo cual si lo escribiera lo que me ha pasado en los pueblos tanto trabajo de la soberbia de los padres, corregidores, comendero, de caciques principales los que persigue a los pobres de Jesucristo, hay veces es de llorar, hay veces es de reír y tener lástima”.

Felipe Guamán Poma de Ayala (“autor principal”), su padre Martín de
Ayala y su mujer o coya ante el obispo de Huamanga.
Fue un valiente alegato
Este nieto de incas, luego de recorrer por 30 años diversas partes del Virreinato del Perú, ya anciano, con 80 años a cuestas, en 1614, rerornó a Lucanas (Ayacucho) y encontró que había sido despojado de su casa y de sus tierras. Se quejó ante las autoridades de la provincia; pero solo logró que el corregidor, en complicidad con el párroco, lo expulsaran de su república. Fue la gota de agua que revasó el vaso de su indignación por los maltratos que sufrían los indios y, aceptando la recomendación de un funcionario español de Potosí, acudió a la corte de Castilla (España) en calidad de queja, enviando su famosa “Nueva crónica y buen gobierno”, de casi 800 páginas y 400 ilustraciones. Este expediente, en su tiempo, no sirvió para nada. Su crónica tiene una característica esencial. Una serie de dibujos, de tipo caricaturesco pero con personajes plasmados en toda su dimensión expresiva. Esos dibujos explican cada uno de los temas de manera muy pintoresca e imaginativa. Fue un alegato ante el rey de España por la situación que vivieron los indios en el Tahuantinsuyu y la miserable vida que llevaban en el coloniaje. Dice: “A solo Vuestra Majestad incumbe el mirar por ellos (los hombres andinos) como su rey y señor natural que es de ellos, y se duela de sus miserias y calamidades, y malos tratamientos y peores pagas que continuamente reciben en general de todo género de gente, tratándolos pero que a esclavos venidos Guinea, que aun a estos les tratan mejor por costarles el precio que pagan por ellos....”.

“Un mundo al revés”
Guamán Poma de Ayala señala que el mundo donde vive, la Colonia, es un “mundo al revés” y que con abusos e injusticias representa el caos, muy diferente al antiguo mundo andino. “Encuentra-dice Nathan Wachtel- que los valores indígenas tradicionales han sido quebrantados y que el cristianismo y las leyes de la Corona traídos por los conquistadores para sustituir esos valores, no son practicados.... Poma quiere transformar la sociedad donde vive, restaurarla en un orden justo; en resumen, abolir la dominación colonial: esta utopía conduce a la rebelión”.

Coya “Cápac Apo Mama Poma Valca”, mujer de indio principal del
linaje de Guamán Poma de Ayala, el autor de esta crónica gráfica.
No le simpatizaron los incas
Pero la visión de los incas es negativa, ya que los presenta como crueles e ilegítimos. Denuncia el incesto que permanentemente cometían, empezando por Manco Cápac, quien se casó con su hermana. 

Una situación donde “... no hay remedio” 
En la segunda parte, empieza con la descripción de poblados, sus fiestas y costumbres. Continúa denunciando los “abusos de los españoles, la pereza e idolatría de los indios, la codicia de los caciques y la lujuria de los curas”. Manifiesta que de esa situación “no hay remedio”; aunque no deja de alabar al rey y a algunas autoridades coloniales.

Guamán Poma pretendía un buen gobierno de caciques de linaje
“Guamán Poma era convencidamente racista y aristocrático y creía que el gobierno debía volver a manos de los caciques de linaje, pues los problemas habían nacido de la confusión de las castas, de la proliferación de mestizos y mulatos, de la destrucción de los ayllus y de la usurpación de cacicazgos por indios del común. Para él, eran los caciques, mucho más que los Incas, quienes encarnaban la legítima autoridad en el Perú. Para llevar a cabo los cambios, llega a ofrecerse él mismo como gobernante- supervisor del Perú” (Literatura Peruana, fascículo 2. En: “Expreso”). “Yo también como human, rey de aves, vuelo más y valgo más”, solía decir este culto curaca al enfrentarse a las autoridades españolas del Virreinato, reclamando contra los maltratos de los indios bajo su jurisdicción. Aunque no logró su objetivo, pudo darse el gusto de enviar su queja a España, cosa que estaba totalmente ajena a la misérrima vida de casi la totalidad de los pobladores de las repúblicas de indios.

El “autor” hace las preguntas a su majestad Felipe II. Guamán Poma de
Ayala se imaginaba esta escena al tener frente al rey de España.
Guamán Poma: ¿Nombre ficticio o real?
Sin embargo, recientemente se ha encontrado en un archivo italiano un documento firmado por Anelio Oliva. “Allí se sostiene que Blas Valera y el mismo Anelio Oliva se conjuraron y usaron el nombre de Guamán Poma para escribir la Corónica y exponer sus ideas. Ello debido a que Valera tenía prohibido por su orden (era jesuita) escribir o formular opiniones. Aún no se ha terminado de evaluar la veracidad y el valor de este testimonio. Aunque se llegara a comprobar esta tesis, el valor de la obra, si bien cambiaría, no disminuiría.

Cronistas del mismo linaje
Otros cronistas indios fueron:
1. Titu Cusi Yupanqui. Tercer inca de Vilcabamba; hijo de Manco Inca. En 1570 dictó a un cura español los episodios de esa resistencia indígena.
2. Juan Santa Cruz Pachacuti Yampi Salcamaygua. Autor de la “Relación de antigüedades deste reyno del Pirú”. Fue un título puesto por mano ajena. Fue escrita los primeros años del siglo XVIII. Trata de la historia andina desde la creación del mundo y del primer hombre hasta la conquista del Tahuantinsuyu por Pizarro. Interpone en esa historia una serie de tradiciones, que la convierten en valioso documento de la vida cultural del antiguo mundo andino.

Madre y padre defienden a su hija de los maltratos de un español
(Guamán Poma de Ayala).
Un valioso documento histórico
Desde que la “Nueva crónica y buen gobierno” fuera descubierta en 1908, por Richard Pietschmann, en la Biblioteca Real de Copenhague (Dinamarca), y publicada en Francia en 1936, ha servido para desentrañar muchos misterios del gobierno colonial; entre ellos, los acontecidos en las repúblicas de indios y en los corregimientos.


Con látigo en mano, un alguacil del corregidor obliga a
unos arrieros indios a llevar vino a Huancavelica para
negociarlo (Guaman Poma de Ayala)



JULIO VILLANUEVA SOTOMAYOR
BIOGRAFIA "Felipe Guamán Poma de Ayala"

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