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domingo, 10 de abril de 2016

Túpac Amaru I (1537-1572)

Fue el más valeroso de los hijos de Manco Inca, el que siguió su ejemplo, con fe y tenacidad. Fatalmente, no pudo ganar al poderoso ejército de Francisco de Toledo.

Los hijos de Manco Inca y la sucesión en el trono
El joven Manco Inca dejó cinco hijos y varias hijas; todos, menores de edad. Sus hijos fueron: Titu Cusi Yupanqui, Sayri Túpac, Cápac Túpac Yupanqui, Túpac Huallpa y Túpac Amaru, quien habría nacido en el año 1537. Por tradición incaica, uno de ellos tendría que ascender al trono imperial. Como todos eran menores de edad, la nobleza vilcabambina tuvo que nominar a un regente para que se encargara del gobierno de la zona liberada.


Vilcabamba y su organización socioeconómica
Manco Inca Yupanqui, a quien nunca deslumbró la civilización de los españoles ni su fama de ser invencibles, mantuvo en Vilcabamba el modelo del Estado inca y trató de reproducir la arquitectura y la organización cusqueñas.
La economía en Vilcabamba se basó en: 
1. La producción local, muy generosa en recursos naturales de la Rupa-rupa. 
2. La colaboración en
especies que brindaban los antis de la Amazonía. 
3. Los aportes en víveres
y vestidos que los quechuas leales enviaban. 
4. El comercio con los terratenientes españoles que se iban instalando en zonas aledañas, en tierras que antes habían pertenecido a ricos curacas. 
5. Los productos ganados a los chapetones en los campos de batalla. 
6.Los tributos que estaban obligados a pagar los refugiados, que eran españoles perseguidos como consecuencia de la guerra civil; almagristas, gironistas, etc. Los negros esclavos que se escapaban de sus amos también se refugiaron en Vilcabamba. Varios de ellos sirvieron en los ejércitos del Inca.

La sospechosa muerte de Titu Cusi Yupanqui
En uno de los días del primer semestre de 1571, luego de un altercado con el cura agustino Diego de Ortiz, Titu Cusi Yupanqui, quien le había sucedido en el trono de Vilcabamba a Sayri Túpac desde el año 1561, cayó enfermo y murió a las 24 horas, con la lengua hinchada y manando sangre por la nariz y la boca. El agustino Diego de Ortiz y el escribano Martín de Pando fueron acusados de haberlo envenenado y muriero trágicamente, linchados por los pobladores de Vilcabamba. Entonces, la panaca de Vilcabamba ciñó la borla imperial en la frente de Túpac Amaru Inca o Túpac Amaru. 

Túpac Amaru y las banderas de la reconquista
 El nuevo Zapa Inca nombró a su tío Huallpa Yupanqui, a Cori Paucar Yuayo y a Colla Túpac como jefes de su ejército. Desconoció la Capitulación de Acobamba, expulsó a los españoles de Vilcabamba; cerró sus fronteras. Túpac Amaru reivindicó las banderas de la reconquista y mandó a pregonar que luchaba por la restauración del Tahuantinsuyu .

Toledo busca desesperadamente la rendición del inca
Ante esos hechos, el virrey Toledo, que ya había recibido de España el cúmplase a la Capitulación de Acobamba, incluida la bula que autorizaba el matrimonio de Quispe Titu, el 20 de julio de 1571, envió al dominico Gabriel de Oviedo y al licenciado Garci de los Ríos para que vayan a Vilcabamba y entreguen esos documentos a Túpac Amaru y busquen una salida pacífica a la rebelión. Los enviados llegaron al Cusco y se dirigieron a La Convención. Desde los límites de la zona liberada, enviaron unos mensajeros al Inca, pidiéndole que los reciba. Túpac Amaru no dio la autorización y mandó a ejecutar a los mensajeros. Gabriel de Oviedo y Garci de los Ríos regresaron al Cusco. Toledo, que se encontraba en el Cusco, hizo otro intento, enviando una carta amenazante a los incas de Vilcabamba para que se rindieran. En marzo de 1572, el portador de dicha carta, Tilano de Anaya, ni bien cruzó el puente de Chuquichaca, fue muerto por los guardianes de Túpac Amaru.

Sayri Túpac, la ñusta Cusi Huarcay y otros nobles de su familia
Sayri Túpac pactó con los conquistadores,mientras que Túpac Amaru,
se negó rotundamente
Las maniobras de Francisco de Toledo en el Cusco
Ante ese informe, creció la indignación de Toledo. Ordenó que se terminara con la rebelión a “sangre y fuego”. Preparó un poderoso ejército y puso a su mando al general Martín Hurtado de Arbieto y a los capitanes Juan Álvarez de Maldonado y Martín García Oñas de Loyola. Consiguió el apoyo de un contingente de guerreros cusqueños y de cañaris, enemigos de la panaca de Túpac Amaru. Hizo detener a varios orejones cusqueños, partidarios de la rebelión. Ofreció como trofeo de guerra a la bella ñusta doña Beatriz, rica heredera de las propiedades de su padre Sayri Túpac. La ofrecía en matrimonio a quien apresara a Túpac Amaru.

Las tácticas militares de Toledo y Túpac Amaru
Toledo dividió su ejército en tres frentes. Con la fuerza principal, iría el general Martín Hurtado de Arbieto, por el puente de Chuquichaca, puerta de entrada por el río Vilcamayu (actual río Urubamba). Mientras tanto, Túpac Amaru fortificó Vitcos (nombre actual: Vilcabamba) y Vilcabamba (nombre actual: Pampacona), con el fin de impedir la reconstrucción del puente de Chuquichaca y detener el avance de los españoles. Pero dicho puente, utilizando fuerza indígena y tecnología incaica, ya había sido reconstruido por la vanguardia española comandada por el capitán Juan Álvarez de Maldonado.

Los incas se repliegan en la capital de Vilcabamba
Al no poder contrarrestar al enemigo, los generales incas Colla Túpac y Cori Paucar Yauyo tuvieron que ordenar la total retirada de Vitcos a Pampacona, dispuestos a defender la ciudadela de Vilcabamba hasta perder la vida. Hurtado de Arbieto, sus aliados Cuyu Túpac, Chillchi y sus tropas los siguieron y acamparon en el viejo pueblo de Pampacona. Descansaron, curaron a sus heridos, recibieron más refuerzos y se prepararon para acometer contra Vilcabamba, la capital. La definitiva marcha la iniciaron luego de 10 días de reposo y planeamiento del ataque final. Decidieron atacar por un solo frente. Se dirigieron por el camino real, pero, como estaba lleno de trampas, la tropa combinada indígeno-española tuvo que avanzar a la vera del camino, abriendo trocha.



Túpac Amaru ordena quemar la ciudad y emprende la huida
Los incas, ante la sorpresiva acción, dejaron la fortaleza y emprendieron la retirada. Entre tanto, la tropa de Arbieto entró en Huaina Pucara el 21 de junio. El 23 de junio ya se hallaba en Marcanay, disponiéndose a entrar en Vilcabamba. Túpac Amaru, sabedor de que su ejército estaba desarticulado y que los indígeno-españoles ya se encontraban cerca, ordenó quemar Vilcabamba, principalmente sus palacios y los tambos reales. También dispuso que sus parientes, nobles y capitanes, con la tropa que quedaba, escaparan por diversas direcciones para dispersar la atención de los españoles. Túpac Amaru, con su Coya, Huallpa Yupanqui y una pequeña escolta, huyó por el camino a los manaries.

La toma de Vilcabamba por los indígeno-españoles
El 24 de junio de 1572, entró a tambor batiente la tropa combinada indígeno- española a Vilcabamba, encontrándola totalmente quemada y sin habitantes ni víveres. Fue una victoria que empezó en el puente de Chuquichaca y terminó en Marcanay, peleando cada recodo del camino real con los valientes soldados de Túpac Amaru. Se produjo el rito de toma de posesión del terreno conquistado, por mandato del virrey Toledo, a nombre de su majestad, el rey, de España por voluntad de Dios. El capitán Pedro Sarmiento de Gamboa, lugarteniente de Toledo, tomó el estandarte real y lo alzó tres veces diciendo: “¡Vilcabamba! Por don Felipe, rey de Castilla”. Luego, lo plantó en la plaza: “...en presencia del dicho gobernador Juan Álvarez de Maldonado, maese del campo general, y de los capitanes Martín García de Loyola y don Antonio Pereyra y Martín de Meneses y Ordoño de Valencia y Antón de Gatos, sargento mayor, Juan Ponce de León, alguacil mayor, y los demás oficiales y soldados, los cuales dispararon el arcabucería y fue disparada el artillería y se dijo misa en el dicho pueblo y así quedó su majestad y su excelencia en su real nombre por pacífico señor de lo cual doy fe el dicho secretario...” (nota: fragmento del acta de toma de posesión de Vilcabamba).

Túpac Amaru cuida a su mujer embarazada
durante la persecución a que fue sometido por los españoles.
Empezó la búsqueda del mayor botín de la guerra
Sarmiento de Gamboa recordó a los españoles el ofrecimiento de Toledo por la captura del inca. Ni bien terminó de decirlo cuando piquetes de españoles con sus ayudantes indios salieron en distintas direcciones para lograr esa hazaña y casarse con doña Beatriz. En el trayecto,fueron cayendo los nobles incas, sus mujeres y sus hijos, a quienes dieron cruel escarmiento. Loyola tuvo la suerte de encontrar en la llacta de Panquies, en la zona de los zapacati, a 6 leguas de Vilcabamba (33 km), un tesoro de oro y plata, avaluado en “un millón de pesos de oro” (Murúa).

La traición del curaca Ispaca y la prisión de Túpac Amaru
Loyola logró convencer a Ispaca que se pase a sus filas. Por ese acto de traición, la primera víctima fue Huallpa Yupanqui, quien cayó preso en una “montaña áspera”. A “tres leguas del desembarcadero del río Picha, a unas cincuenta leguas de la ciudad de Vilcabamba” cayó preso Túpac Amaru, cuando estaba a punto de tomar una canoa e internarse en la selva. Con él se acabó la rebelión iniciada por Manco Inca, en 1536. Los incas de Vilcabamba habían mantenido zona liberada, independiente, no conquistada, durante 36 años. Murieron miles y miles de indios, partidarios de ambos bandos. Pero también los incas de Vilcabamba mataron a dos mil españoles, demostrando que estos no eran invulnerables ni invencibles, y además pusieron en serios aprietos la labor de los gobernadores, pacificadores y virreyes del Perú.
La captura de Túpac Amaru ocurrió en los primeros días de agosto de 1572. Lo llevaron a Vilcabamba. De allí, las tropas victoriosas y sus prisioneros emprendieron viaje al Cusco a fines de agosto de 1572. El 4 de setiembre llegaron a Hoyara, donde los españoles fundaron la ciudad de San Francisco de la Victoria de Vilcabamba (“Vilcabamba La Nueva”), capital de la Gobernación de Vilcabamba.

El último inca de Vilcabamba es conducido al Cusco
“El 21 de setiembre de 1572 el inca entró a la ciudad del Cusco, ante la mirada compungida de su pueblo; pero no con la angustia del vencido sino con aquella gallarda altivez del hombre que cumplió gloriosamente con su misión histórica. Seguían a Túpac Amaru la coya con sus tiernos hijos, sus apesadumbrados hermanos y demás familiares, después sus valientes capitanes, con los rostros taciturnos pero imponentes. Cerraba el dolorido séquito el cuantioso botín que los enemigos habían tomado en Vilcabamba y los cuerpos embalsamados de Manco Inca Yupanqui y Titu Cusi Yupanqui. Además, como trofeo espléndido, trajeron los españoles el famoso ídolo punchau, todo de oro, en cuyo interior estaba depositado el polvo de los corazones de los incas pasados” (Edmundo Guillén).
“Entre el botín recogido se hallaron momias del padre y hermano del inca y la imagen de oro del sol o ídolo punchau que Pizarro, dice Toledo, por más diligencias que hizo no llegó a descubrir, por haberla hurtado el inca Manco. Era de oro vaciado con el corazón de masa de una cajica de oro dentro del cuerpo del ídolo y la masa de polvos de los corazones de los incas pasados con la significación de las figuras que tiene’” (Rubén Vargas Ugarte, S.J.). Toledo veía esa escena inenarrable por las ventanas de la casa de Tristán de Silva y Guzmán y don Juan Prancorbo. Cuando Túpac Amaru pasó debajo de dicha ventana, el capitán Loyola le ordenó que lo saludara, quitándose la borla imperial. El Inca le respondió que no tenía por qué hacerlo, era un simple yanacona.
Retrato de Túpac Amaru pintado en 1700,
en una tablilla de madera. Está encadenado.
Su leyenda es muy sugerente y empieza
diciendo: “Don Felipe Túpac Amaru Inca...”.
La muerte de Túpac Amaru en la plaza mayor del Cusco
Túpac Amaru fue encerrado en la fortaleza de Colcampata, antigua casa de Paullu Inca. Fue sometido a un juicio sumario y sentenciado a la pena de muerte. El 24 de setiembre de 1572, Toledo le escribió una carta a S.M., diciéndole: “...lo que vuestra majestad manda acerca del Inga, se ha hecho”. La ejecución del inca probablemente se hizo entre el 22 y 23 de setiembre. A Túpac Amaru lo llevaron, de Colcampata al sitio de ejecución, montado en una mula. La comitiva se abrió paso ante una abigarrada multitud que esperaba en la Plaza Mayor del Cusco. Túpac Amaru subió al cadalso, con digna serenidad. La multitud empezó a gritar. El Inca alzó la mano a la altura de la oreja y la bajó. A esa señal, la gente se calló inmediatamente. Durante ese silencio sepulcral, un indio cañari cortó de un hachazo el cuello del Inca. Un multitudinario llanto estremeció los aires de la Plaza Mayor del Cusco. Había muerto el último Zapa Inca.

Continúa la atrocidad mientras se entrega el trofeo a Loyola
Los hermanos y capitanes de Túpac Amaru sufrieron diversos castigos, desde la muerte por ahorcamiento hasta la mutilación de las manos. Su cadáver fue velado en la casa de la viuda de Sayri Túpac. Al día siguiente fue llevado a la Catedral de Cusco, donde, con la presencia de Toledo, se hicieron las exequias. Su cuerpo, según unos, fue entregado a los padres dominicos para que lo enterraran al lado de Sayri Túpac, en el Coricancha o templo del sol. Según otros, su cabeza fue puesta en una picota y exhibida para escarmiento. Como la cabeza no se “...corrompía; al contrario, mantenía su belleza”, tuvo que ser enterrada junto con el resto de su cuerpo. Dejó cinco hijos: 2 varones y 3 mujeres. Una de las hijas, doña Juana Pilco Huaco, fue la pariente directa de José Gabriel Condorcanqui. Toledo también dispuso que el cuerpo embalsamado de Manco Inca Yupanqui fuese quemado. El capitán García de Loyola, en efecto, fue premiado por el apresamiento y ejecución de Túpac Amaru. Se casó con doña Beatriz, accediendo a las encomiendas de Sayri Túpac. Pero su carácter sanguinario y temible no se sosegó. Más bien sumó otro defecto: la soberbia.
“...la agonía política del Tahuantinsuyu fue lenta y dolorosa, y su final trágico se debió más a las divisiones y luchas intestinas –cualesquiera que hayan sido sus causas profundas– que al poder bélico y habilidad de los invasores. Infortunadamente, a lo largo de este primer intento de reconquista, por ambos bandos, se derramó más sangre peruana que extranjera y se luchó tan obcecadamente que se prefirió en último extremo el triunfo español al de la facción contraria. De esta manera, el inveterado error de creer con simpleza que un puñado de aventureros españoles derrumbaron el Imperio Inca en poco más de una hora, ha quedadoatrás como un embeleco histórico, para dar paso a la historia de su épico final después de una bizarra resistencia en las fragosas breñasincas de Vilcabamba. El primer intento de reconquista del Perú inca, de 1536 a 1572, de lucha tenaz en los campos de batalla y en lides diplomáticas, constituye así uno de los capítulos más importantes de su gesta heroica y ejemplar contra la dominación extranjera” (Edmundo Guillén).

Pintura colonial del matrimonio del capitán Martín Garcia Oñas de Loyola con doña Beatriz
De esa manera el virrey Francisco de Toledo cumplió con el premio que había ofrecido
por el apresamiento de Túpac Amaru.

JULIO VILLANUEVA SOTOMAYOR
BIOGRAFIA "Túpac Amaru I"

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