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martes, 24 de diciembre de 2013

Navidad en la Lima de Antaño

Por Juan José Pacheco Ibarra

Historiador UNMSM

¿Cómo celebraban la navidad los antiguos limeños? En el siglo XIX, la navidad era una verdadera fiesta religiosa, muy distinta a la que celebramos ahora. La Navidad era la celebración central de una serie de actividades que duraban todo el mes de diciembre, como lo indicó el escritor José Gálvez.
“Todo el mes de diciembre y parte del mes de enero, eran de fiesta en Lima. El 7 comenzaban las ceremonias en homenaje a la Purísima Concepción. El 13, día de Santa Lucía, se sembraban los “triguitos”, indispensables en todo nacimiento; el 15 comenzaba la novena del aguinaldo, para la que en 1713 concedió indulgencia el Arzobispo Escandón; el 24, 25 y 26 eran festividades propias de la Navidad; el 28 se conmemoraba la Degollación de los Santos Inocentes; el 1 de enero se celebraba la Circuncisión; el 5 se paseaba con gran solemnidad el Estandarte de la ciudad, el 6 era la gran fiesta de Reyes, con paseo de alcaldes y cabalgata a la Pampa de Amancaes.” 
(José Gálvez.Estampas limeñas.)
Ricardo Palma cuenta que en la tarde del 24 de diciembre los comerciantes instalaban en la Plaza Mayor, mesas donde se vendían flores, dulces, conservas, juguetes, y todo tipo de comidas. Hacia la medianoche, las multitudes se dirigían a los templos para celebrar la misa de gallo.
Estas “noches buenas” en la plaza mayor dejaron de realizarse en 1902, cuando el alcalde Federico Elguera remodeló la plaza. Las festividades fueron trasladadas al parque de la Exposición donde años después dejaron de celebrarse.
  Celebraciones por Navidad en la Lima de antaño: 
Imagen tomada de Rincón de Historia Peruana

La misa de gallo
Era la liturgia más importante de nochebuena, era realizada a la medianoche. Para esta misa las iglesias de la ciudad se esmeraban en la decoración de sus altares.
Era famosa la misa de gallo de la iglesia de la Merced en el jirón de la Unión. Las limeñas acudían a esta misa vistiendo mantillas, como en las épocas virreinales.
Después de la misa la multitud regresaba a la Plaza Mayor para seguir con las celebraciones. En los hogares algunas familias celebraban la cena navideña, según su condición social, con cena, bebida y baile.

Los nacimientos

Los “belenes” o nacimientos (también llamados misterios) fueron difundidos por los padres de la orden Betlemita. En el escudo de esta congregación se puede observar la natividad de Jesús.
En Lima se armaron famosos nacimientos, cuenta Ricardo Palma que el más famoso de Lima “era el que se exhibía en el convento de los padres betlemitas o barbones. Y era famoso por la abundancia de muñecos automáticos y por los villancicos con que festejaban al Divino Infante.”(Ricardo Palma. El mes de diciembre en la antigua Lima)
José Gálvez menciona otros nacimientos famosos: El nacimiento de la familia Ingunza en la calle Corcovado, estaba hecho de plata; el nacimiento de la calle de Borricos con sus figuras realistas de tamaño natural y el famoso nacimiento de la calle botones, en el barrio del Cercado, propiedad del señor Carlos Cisneros, una maravilla que tenía:
“Cerros y montañas cubiertas de vegetación y que poblaban rebaños y pastores; mares surcados por poderosos barcos tanto mercantes como de guerra; ciudades con grandes edificios, plazas, iglesias, cuarteles, teatros, etc., y cuyas calles eran recorridas por tranvías, coches y peatones; escenas bíblicas desde el Paraíso con Adán y Eva hasta la degollación de los inocentes por Herodes.” (Máximo Jiménez. Nacimiento de Botones)

Otro nacimiento famoso se encontraba en la calle de la Peña Horadada (hoy jirón Junín). Según Eudocio Carrera este nacimiento “alcanzó tal auge que, durante las dos semanas de su duración, no se hablaba de otra cosa en Lima”. (Eudocio Carrera Vergara. La Lima criolla del 900)
“En las casas grandes se invitaba a los amigos y relacionados para ver el nacimiento y había baile, cena y diversión de lujo. En los hogares pobres las gentes sencillas recibían ese día a todo el que quisiera ver el Nacimiento y se ponía a la puerta un platillo para recibir las limosnas para los “orines del niño” y después de las canciones de los villancicos, de los bailes, de las pallas –indios disfrazados abigarradamente- se armaba con arpa y cajón una jarana de esa de rompe y rasga”. (José Gálvez. La navidad limeña.)
Los “orines del niño” era el nombre que se le daba a la chicha de maíz que se utilizaba para brindar frente al nacimiento. Ricardo Palma contaba que estas visitas se realizaban desde las siete hasta las once de la noche. Esta costumbre de visitar los nacimientos de cada hogar se fue perdiendo.

La cena navideña

La cena navideña era un verdadero festival de sabores. En las plazas de la ciudad se instalaban las mesas ambulantes donde se ofrecían potajes criollos. El escritor costumbrista Hernán Velarde nos habla de este gran festín de sabores en su “Lima de Antaño”.


Chicharrones, tamales, humitas,
Y fritanga, y cau-cau y escabeche,
Y frejoles con dulce, y turrones,
Y champús ordinario y de “leche”.
Mazamorra morada y de chancho,
Manjarblanco, maní, camotillo,
Picarones, buñuelos, natillas,
Alfajores de Huaura y Trujillo.
Camarones, y huevos, y papas,
Y salchichas de Huacho, y jamones,
Y seviche de conchas y peces,
Y anticuchos, camote y lechones.
Damajuanas, repletas de pisco, 
grandes platos con cien butifarras,
Y torrentes de chichas diversas,
En porongos y vasos y jarras.

En las plazas y plazuelas, en especial, en la plaza mayor, se instalaban las mesas. Eran verdaderos festines donde se mezclaban limeños de todos los sectores sociales.
Por su parte, los inmigrantes italianos, ingleses y españoles conservaban sus costumbres y preparaban la cena según sus tradiciones.
Durante la época del auge del guano se pasaron navidades muy opulentas. En medio de la Guerra del Pacifico y la Reconstrucción Nacional, las navidades fueron muy tristes.
Es a partir de 1895, que la situación del país mejoró con el gobierno de Nicolás de Piérola. A partir de este año se introducen muchas costumbres europeas: el árbol de navidad, Santa Claus, la cena en casa y la influencia de la gastronomía europea.
En las vitrinas de las tiendas del jirón de la Unión, los almacenes de importadores anunciaban:
“un gran surtido de confites, chocolatitos, frutas abrillantadas, higos secos, turrón, macarrones de Nápoles, queso suizo, parmesano, tortellini de Bologna y un completo surtido de conservas, vinos y licores finos de todas clases, frescos y á precios módicos”. (Diario El Comercio)
La costumbre de adornar la mesa navideña con dulces y confiterías es europea, esto se ha conservado hasta nuestros días.
Abraham Valdelomar nos ofrece otra descripción literaria de la cena navideña en su “carta pascual”.
“Sobre el blanco mantel había una cena regalada, aunque humilde. Un lechoncito tostado al horno, con almendras y pimentones, holgado en hojas verdes de lechuga, plátanos; racimos de uvas pintadas, ácidas a la vista; una empanada de choclo dorada al fuego como joya de orfebre, y pan calientito. De la cocina llegaba el olor escandaloso de los chicharrones, humeaban los tamales en una fuente entre las marchitas hojas de banano y el ponche de agrás, oliendo a canela y nuez moscada, lucía en una jarra transparente. Además, rosas, claveles, jazmines, aromas y albahaca.”

La investigadora de la gastronomía peruana, Rosario Olivas anota que en estas fechas se consumía “gallinas, jamones y chorizos” y otros potajes vendidos en la plaza mayor.
De todos estos platos, no podían faltar los tamales y chicharrones. No había navidad limeña sin estos dos potajes. Posteriormente, a fines de 1920 se difundirá el consumo del pavo.

                                                         Publicidad de la Lima de Antaño
El panetón
La costumbre de comer panetón se difundió en el siglo XX, sin embargo, en el siglo XIX algunas familias de Lima ya degustaban el famoso “Panetón de Milán” o el “Pan dulce a la genovesa”. En un aviso encontrado en el diario El Comercio se anunciaba el Panetón Bonaspetti.
F. Bonaspetti
Exquisito, para la Pascua y Año Nuevo, se vende en la Bodega de la Unión, Mercaderes 195, frente a la sombrerería Crevani. (El Comercio, diciembre 16, 1898)
Sin embargo, hay que aclarar que en el siglo XIX, no era una costumbre muy difundida entre la población, estos primeros panetones italianos fueron vendidos en las bodegas para consumo de familias extranjeras.
A partir de 1920 se va difundir el consumo de panetones, no solo los negocios extranjeros los vendían, incluso las panaderías chinas fabricaron este popular pan navideño.
Es recién en el siglo XX, Motta y D’Onofrio industrializaron la fabricación del panetón y su consumo se popularizó hasta nuestros días.

Papá Noel
Santa Claus o Papá Noel, llega al Perú a fines del siglo XIX. El periodista Federico Larrañaga escribió en 1906 que Papa Noel había nacido en París “entre un bosque de pinos nevados de la colina de Montmartre”. Su imagen se difundió en el Perú a inicios del siglo XX, era el personaje que traía los juguetes a los niños buenos. Nuestro Papá Noel llegó de Francia y su imagen se difundió en las postales y tarjetas navideñas.

                                                                               Papa Noel
                                                     Imagen tomada de Rincón de Historia Peruana

De la fiesta religiosa a la fecha comercial
Con el tiempo la navidad se convirtió en una fecha comercial. Grandes tiendas del jirón de la Unión, como la Casa Welsch, Oeschle, Crevani, Pigmalyon, vendían regalos para damas y caballeros.
Además se vendían juguetes para los más pequeños. Los juguetes preferidos por los niños eran: carretas, cornetas, payasos de trapo, caballitos de madera, soldaditos de plomo, carritos, tambores, casas de muñecas y herramientas.
Hacia 1930, muchas de estas costumbres se van perdiendo y la navidad se va a parecer más a la que conocemos actualmente. En esta pequeña remembranza nos sirve para reflexionar sobre el verdadero significado de la navidad peruana. Lo que fue en el pasado y lo que es hoy.


!!!!FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO!!!

2 comentarios:

  1. Buena información. Gracias por publicar y Feliz Navidad.

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  2. Gracias, buena información

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